Hoy se inicia el Triduo por el bicentenario del nacimiento de Don Bosco
REDACCIÓN CENTRAL, 13 Ago. 15 / 05:48 pm (ACI).- “Fe y oración, he aquí el mejor
arma, y nuestro apoyo”, Decía San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud,
cuyo bicentenario de su nacimiento se celebrará el próximo 16 de agosto.
Cercanos a esta gran festividad,
aquí una propuesta de Triduo, oraciones de tres días, en preparación y en honor
al santo de los jóvenes.
Oración de inicio
Oh Padre y maestro de la
juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajasteis por la salvación de las almas,
sed nuestra guía en buscar el bien de la nuestra y la salvación del prójimo,
ayudadnos a vencer las pasiones y el respeto humano, enséñanos a amar a Jesús
Sacramentado, a María Santísima Auxiliadora y al Papa, y obtenednos de Dios una
santa muerte, para que podamos un día hallarnos juntos en el Cielo. Así
sea.
Lectura del primer día: Marcos 9, 33-37
Reflexión:
“El que acoge a un niño como éste
en mi nombre, me acoge a mí”. Don Bosco lo hizo. También experimentó en su
infancia y juventud la acogida de mucha gente. Su vida va a ser un poner en
práctica este evangelio de acoger y de promocionar a los más pequeños y
necesitados, desde que era muy niño.
Infancia: “Muchas veces me habéis
preguntado a qué edad comencé a ocuparme de los niños. A los diez realizaba lo
compatible con esos años, una especie de Oratorio Festivo. Escuchad. Era yo aún
muy pequeño y ya estudiaba el carácter de mis compañeros... hacía el bien a quien
podía y a nadie mal... sin embargo eran mis narraciones las que los reunían
junto a mí”. Don Bosco - Memorias del Oratorio.
Juventud: “Empezaron a venir para
jugar, después para escuchar historietas y hacer los deberes escolares y,
finalmente, acudían sin un motivo especial. Para poner un nombre a aquellas
reuniones solíamos denominarlas Sociedad de la Alegría”. Don Bosco -
Memorias del Oratorio.
Su ideal: “Como los deberes
escolares me dejaban mucho tiempo libre, solía dedicar una parte del mismo a leer
los clásicos italianos y latinos; la otra, a fabricar licores y confituras...
Mi amo me propuso quedarme allí a trabajar... sin embargo yo realizaba tales
trabajos sólo por diversión o distracción; mi intención seguía fijada en
continuar los estudios”. Don Bosco – Memorias del Oratorio.
Oración para obtener una gracia
especial
Oh Don Bosco Santo, cuando
estabais en esta tierra no había nadie que acudiendo a Vos, no fuera, por Vos
mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la
caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder vuestro gran corazón en amor hacia
los necesitados! Ved, pues, mis presentes necesidades y ayudadme obteniéndome
del Señor (pídase la gracia).
También Vos habéis experimentado
durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la
incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las
persecuciones y sabéis qué cosa es sufrir.
Ea, pues, oh Don Bosco Santo,
volved hacia mí vuestra bondadosa mirada y obtenedme del Señor cuánto pido, si
es ventajoso para mí alma; o si no, obtenedme alguna otra gracia que me sea aún
más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al
mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Así sea.
Oración final a San Juan Bosco
Oh Don Bosco Santo, que con tan
gran amor y celo cultivasteis las múltiples formas de acción católica que hoy
florecen en la Iglesia, conceded a sus asociaciones el mayor progreso y
desarrollo. Redoblad en todos los corazones la devoción a la Santísima
Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecentad en ellos el amor
al Papa, el celo por la propagación de la fe, un solícito esmero por la
educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas vocaciones
sacerdotales, religiosas y misioneras. Haced que en cada una de las naciones se
fomente y arraigue la guerra contra la blasfemia y el mal hablar y contra la
prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para las
diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infundid
en todos los corazones católicos la llama de vuestro celo, para que, viviendo
en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.
Padrenuestro…, Dios te salve…,
Gloria…
San Juan Bosco, ruega por
nosotros.
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