sábado, 3 de enero de 2015

ECOS DE LA PALABRA 04-01-2015

EPIFANIA DEL SEÑOR (Enero 4, 2015)
 “Sigan su estrella…”

Perspectiva Salesiana
La antigua canción pregunta – Te balancearías en una estrella, llevarías a tu casa rayos de luna en una jarra para así estar mejor de lo que estas ahora, o preferirías ser como una mula? (sin mencionar un cerdo, un pez o un mico!) lo preferirías? La fiesta de la Epifanía que celebramos hoy fija nuestros ojos en una estrella y en la única estrella que se manifiesta para que podamos estar infinitamente mejor de lo que podríamos estar de cualquier otra forma. La fiesta de hoy también plantea algunas preguntas para nuestra reflexión e iluminación. 


Alguna vez han hecho maletas y se han marchado a seguir su estrella? Los reyes magos lo hicieron. Ellos son los santos patrones de las personas que tienen un viaje pendiente. Los viajes no son paquetes turísticos. Los viajes tienden a ser incómodos. Continúen a través de la oscuridad que implica hacer un giro equivocado y manténganse enfocados en la meta, aun si no saben si la alcanzaran, o el reconocimiento que recibirán al final. Francisco de Sales decía que esta era la naturaleza del viaje hecho por los reyes magos: “Los reyes del Este no hallan placer en la belleza de la ciudad de Jerusalén, o en la magnificencia de la corte del rey Herodes, o en el brillo de la estrella. Sus corazones buscan la pequeña cueva en Belén y su pequeño Niño.” (Tratado del Amor de Dios, Libro 5, Capitulo 7). Su viaje no permite diversiones. El seguimiento de esta estrella resplandeciente en medio de la oscuridad terminara con su iluminación. Ellos ven la luz- la luz que es Cristo! Estamos dispuestos a empacar y a embarcarnos en un viaje hacia la luz que es Cristo? Seria un viaje que nos cambiara. Nosotros, al igual que los reyes magos, jamás seremos los mismos si nos decidimos a hacerlo. 



En que dirección los guía su estrella y están preparados para asumir el precio de ese viaje? Los reyes magos siguieron la estrella que los guio hacia la manifestación del niño, Cristo. Los reyes magos destinaron su tiempo, talento y tesoros al servicio de su misión. Sus corazones estaban enfocados en ella. En dónde están nuestros corazones? En que están enfocados? Cuál es el objeto que encapsula los deseos de nuestro corazón? Francisco nos aconseja: “Manténganse bien cerca de la cuna... si aman las riquezas allí encontraran el oro que los reyes dejaron. Si aman los honores allí encontraran el incienso, y si aman las cosas que deleitan los sentidos allí esta el dulce aroma de la mirra que impregna todo el establo. Enriquézcanse en su amor por su dulce Salvador, llénense de honor con las audiencias privadas que tienen con él a través de la oración, y deléitense con la felicidad de sentir dentro de ustedes todas esas santas inspiraciones y esos afectos que solo son posibles cuando pertenecemos completamente a él” (Carta a madame Gasparde de Ballon). Cuando invertimos nuestros corazones en la búsqueda de Cristo, sin importar el costo, encontramos que tenemos un tesoro abundante. Descubrimos la claridad – encontramos el propósito de nuestras vidas y nuestro lugar en el mundo. 



En dónde brilla la estrella de Belén hoy? Como cristianos afirmamos que hemos reconocido la estrella que nos guía hacia Cristo, la luz del mundo. Decimos que lo hemos encontrado y que el viaje bien vale el precio que implica hacerlo. Profesamos que hemos adoptado su misión como nuestra. En la medida en que esto sea cierto la estrella de Belén brilla sobre nosotros. Es ahora nuestra estrella. Ahora estamos mejor de lo que podríamos haber estado y sabemos por que. Esa estrella llevara a otros que también lo buscan por nuestro camino. Nosotros hemos sido iluminados por Cristo y facultados con el poder de la de la misión de la Epifanía para hacer que su gloria se manifieste. Hemos sido llamados a ser la luz para los demás, a ser estrellas de la navidad para todos aquellos cuyos corazones aun están en la búsqueda. 

(Rev. Barry Strong, OSFS vive y trabaja en Wilmington, Delaware) 


Domingo 4 de Enero de 2015

Epifanía del Señor (Solemnidad)
Primera Lectura
Isaías 60:1-6
1¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido!2Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece.3Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada.4Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos.5Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se ensanchará tu corazón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti.6Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh.


Salmo Responsorial
Salmo 72:1-2, 7-8, 10-13
1De Salomón. Oh Dios, da al rey tu juicio, al hijo de rey tu justicia:2que con justicia gobierne a tu pueblo, con equidad a tus humildes.7En sus días florecerá la justicia, y dilatada paz hasta que no haya luna;8dominará de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra.10los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos;11todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones.12Porque él librará al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara;13se apiadará del débil y del pobre, el alma de los pobres salvará.


Segunda Lectura
Efesios 3:2-3, 5-6
2si es que conocéis la misión de la gracia que Dios me concedió en orden a vosotros:3cómo me fue comunicado por una revelación el conocimiento del Misterio, tal como brevemente acabo de exponeros.5Misterio que en generaciones pasadas no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido ahora revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:6que los gentiles sois coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio,


Evangelio
Mateo 2:1-12
1Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén,2diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.»3En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.4Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo.5Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta:6Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.»7Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella.8Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.»9Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.10Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.11Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.12Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario