martes, 12 de mayo de 2015

GENOCIDIOS

Mons. Aguer: “Del genocidio armenio al genocidio del siglo XXI”

La Plata (Buenos Aires) (AICA) Domingo 10 May 2015 | 18:34 pm: El arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, se refirió a “un tema muy serio, de especial gravedad”, según lo calificó. “Me refiero -dijo- al genocidio armenio, porque hace pocos días se cumplió el centenario de esta tragedia”. El genocidio es la eliminación de un gran número de personas por razones étnicas, políticas o religiosas. Este es un caso de persecución religiosa, porque el pueblo armenio es masivamente cristiano; es una nación cristiana. El pueblo armenio es originalmente cristiano”.

El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió a un tema de actualidad, “un tema muy serio, de especial gravedad”, según lo calificó. “Me refiero -dijo- al genocidio armenio, porque hace pocos días se cumplió el centenario de esta tragedia”. Fue este sábado en el programa “Claves para un Mundo Mejor” que se difunde por Canal 9 de TV. 
El prelado comenzó su reflexión explicando qué se entiende por genocidio. “La palabra genocidio asusta un poco. Todos hablamos de la Shoá como el genocidio de los judíos eliminados por el régimen de Hitler, pero ha habido otros genocidios. El papa Francisco ha usado esa palabra precisamente refiriéndose a ese caso y ha celebrado en la basílica de San Pedro junto con los obispos armenios”. 
“¿Qué es un genocidio? Si buscan en el Diccionario de la Real Academia Española se encuentran con que genocidio está definido como la eliminación de un gran número de personas por razones étnicas, políticas o religiosas. Este es un caso de persecución religiosa, porque el pueblo armenio es masivamente cristiano; es una nación cristiana. El pueblo armenio es originalmente cristiano”. 
Luego explicó en qué consistió ese genocidio. “El Imperio Otomano, durante la Primera Guerra Mundial, arrasó con el pueblo armenio. Hubo un millón quinientos mil muertos. Fueron eliminados por su fe cristiana y por el propósito del Imperio de ampliar su territorio. El Imperio Otomano era oficialmente musulmán”. 
“Además -agregó monseñor Aguer- en estos días, se cumplía el aniversario del Genocidio Sirio, que también fue en 1915. De éste, lamentablemente, se habla mucho menos. Yo he participado de la Pascua en la Iglesia Sirio Ortodoxa de Antioquía aquí en La Plata y hemos hecho un homenaje, junto con el Obispo Ortodoxo, a los mártires de Siria, que también fueron cerca de un millón”. 
“El santo padre Francisco -continuó el prelado platense- dijo que el armenio fue el primer genocidio del siglo XX. Hoy, en el siglo XXI está ocurriendo otro genocidio en Medio Oriente. En Siria otra vez, en Irak, en el norte de Libia, y otros lugares donde el extremismo islámico está eliminando a los cristianos, poniéndolos en esta disyuntiva: o reniegan de su fe cristiana o mueren, o son desterrados”. 
Dentro de la misma cuestión, monseñor Aguer comentó el drama de los miles de personas que huyendo del hambre y de las guerras en Africa y el Medio Oriente intentan refugiarse en Europa. Para ello se embarcan en pequeñas lanchas que por su inestabilidad muchas veces esa gente termina ahogada en el Mar Mediterráneo. “Recientemente -dijo el arzobispo- he leído que en uno de esos “gomones” un grupo de musulmanes tiró a doce cristianos al mar”. 
“En el sur de Italia -agregó- están recibiendo generosamente a toda esa gente, pero son miles y miles. La Unión Europea calla, las ONU calla. ¿Quién habla? Nosotros, habla la Iglesia, como siempre, y está muy bien porque estas cosas hay que denunciarlas. ¡Esto ocurre en momentos en que se habla tanto de los derechos humanos!”. 
“Nosotros no podemos hacer nada desde acá, pero sí podemos rezar, rezar por estos nuevos mártires y por las poblaciones que están sometidas al terror. La Iglesia está teniendo mártires, como a lo largo de toda su historia, y nosotros no los podemos abandonar. Si bien materialmente no podemos hacer nada, podemos rezar por ellos y además en cierto modo alegrarnos, aunque parezca mentira, de que existan los mártires, hermanos que confiesan la fe hasta dar la propia sangre”. 
“Pienso en ellos -dijo por último el prelado platense- y veo que nosotros somos a veces tan “ligeritos” en la fe que nos da vergüenza, nos da miedo decir que somos católicos y decirlo en esta sociedad donde reina la indiferencia y el egoísmo. No tenemos que achicarnos, no podemos encerrarnos en un ghetto, debemos decir que somos cristianos, que creemos en Jesús y que esta es la fe verdadera. Que todos se enteren de lo que les está pasando a tantos cristianos como nosotros. Tengámoslo en cuenta”.+ 



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