Papa Francisco menciona los frutos con que
reconocen al verdadero cristiano
Por Alvaro de Juana
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El Papa Francisco desde el balcón del
Palacio Apostólico / Foto: L'Osservatore Romano
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VATICANO, 03
May. 15 / 07:35 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco presidió este domingo el rezo del
Regina Coeli desde el estudio del Palacio Apostólico y dirigió algunas palabras
y saludos a miles de peregrinos que se congregaron en la Plaza de San Pedro, a
quienes invitó a recurrir a lossacramentos para
permanecer unidos –como los sarmientos- a la vid que es Jesús, y así dar los
frutos con los que se les reconocerá como verdaderos cristianos.
Como
es costumbre, Francisco comentó el Evangelio de la liturgia del día en el que
Jesús se presenta en la Última Cena. “Por última vez Él está con sus discípulos
y entonces quiere imprimir bien en su mente una verdad fundamental: también
cuando Él no estará más físicamente en medio de ellos, ellos podrán permanecer
todavía unidos a Él de una manera nueva, y así dar mucho fruto”.
Llevando
la palabra a la actualidad, el Papa indicó que “todos podemos estar unidos a
Jesús de una manera nueva. Si al contrario, uno perdiese esta unión con Él,
esta comunión con Él, sería estéril, también dañino para la comunidad”.
“Para
expresar esta realidad, este modo nuevo de estar unidos a Él, Jesús utiliza las
imágenes de la vid y los sarmientos y dice así: ‘Como el sarmiento no puede dar
fruto a sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no
permanecen en mí. Yo soy la vida,
ustedes los sarmientos’”.
Y
“con esta figura nos enseña cómo permanecer en Él, estar unidos a Él, aunque Él
no esté físicamente presente”.
Francisco
continuó explicando que “nosotros somos los sarmientos y a través de esta
parábola Jesús quiere que entendamos la importancia de permanecer unidos a Él.
Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vida,
en la que se encuentra la fuente de sus propias vidas”.
“Para
nosotros los cristianos –continuó diciendo- injertados con el Bautismo en
Cristo, hemos recibido de Él gratuitamente el don de la vida nueva; y podemos
estar en comunión vital con Cristo”, pero también el cristiano “debe mantenerse
fiel al Bautismo, y crecer en la amistad con el Señor mediante la oración, la
oración de todos los días, la escucha y la docilidad a su palabra –leer el
Evangelio- la participación en los Sacramentos, especialmente el de la Eucaristía
y el de la Reconciliación”.
El
Santo Padre siguió con su catequesis asegurando
que “si uno está íntimamente unido a Jesús, goza de los dones del Espíritu
Santo que, como dice San Pablo son ‘amor, alegría, paz, magnanimidad,
benevolencia, bondad, fidelidad, suavidad, dominio de sí’; y por consecuencia
hace mucho bien al prójimo y a la sociedad, es una persona cristiana”.
Gracias
a esta manera de actuar, “se reconoce si uno es un verdadero cristiano, al
igual que se reconoce a un árbol por sus frutos”. En este sentido, “los frutos
de esta unión profunda con Jesús son maravillosos: toda nuestra persona es
transformada por la gracia del Espíritu: alma, inteligencia, voluntad, afectos,
y también el cuerpo, porque somos unidad de espíritu y cuerpo. Recibimos una
forma nueva de ser, la vida de Cristo se convierte en la nuestra: podemos
pensar como Él, actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de
Jesús”.
Y
en consecuencia “podemos amar a nuestros hermanos, empezando por los más pobres
y sufrientes, como ha hecho Él, y amarles con su corazón y llevar así al mundo
frutos de bondad, de caridad y de paz”.
En
definitiva, “todos juntos estamos llamados a llevar los frutos de esta
pertenencia común a Cristo y a la Iglesia”, dijo para finalizar. Después pidió la
intercesión de la Virgen María, para que “podamos ser sarmientos vivos en la
Iglesia y testimoniar de manera coherente nuestra fe –coherencia en la propia
vida y en el pensamiento, de vida y de fe- conscientes de que todos,
dependiendo de nuestras vocaciones particulares, participamos de la única
misión salvífica de Cristo”·.
Después
del Regina Coeli, al saludar a algunos grupos de peregrinos, el Papa recordó
que el sábado fue beatificado Luigi Bordino, consagrado de la Congregación de
los Hermanos de San José Benedetto Cottolengo, quien “dedicó su vida a las
personas enfermas y sufrientes, y se dedicó sin descanso a los más pobres,
medicando y lavando sus llagas”. Se trata del primer hermano de esta orden
religiosa que ha sido beatificado. El Papa Francisco les visitará durante su
próximo viaje a Turín, los días 21 y 22 de junio.
También
mandó un saludo a la Asociación Méter, que celebró la Jornada de los niños
víctimas de la violencia. “Les doy las gracias por el empeño con el que buscan
prevenir estos crímenes. Todos debemos trabajar para que cada persona humana, y
especialmente los niños, sea defendida y protegida siempre”.
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