Papa Francisco: La Iglesia no es un partido
político sino una comunidad de cristianos
Papa Francisco durante discurso a
Comunidad de Vida Cristiana / Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)
VATICANO, 30 Abr. 15 / 07:09 pm (ACI).- La Iglesia es una comunidad de cristianos que
adora al Padre y no un partido político, así de contundente se mostró el
Papa Francisco en la mañana de este jueves al encontrarse con la Comunidad
de Vida Cristiana
de Italia y algunas escuelas de espiritualidad ignaciana en el Aula Pablo VI
del Vaticano.
Dejando
de lado los papeles que tenía previsto, contestó de manera improvisada a las
preguntas que le realizaron algunos jóvenes. "Se escucha: ¡debemos fundar
un partido político!: ese no es el camino", contestó el Papa a una de
ellas.
"La
Iglesia es la comunidad de cristianos que adora al Padre, va en el camino del
Hijo y recibe el don del Espíritu Santo. No es un partido político. 'No, no
decimos partido, sino... Un partido solo de católicos': no sirve y no tendrá
capacidad de convocatoria, porque hará aquello para lo que no ha sido
llamado", señaló el Papa.
A
continuación, aseguró que "pero es un martirio diario: buscar el
bien común sin dejarse corromper".
En
el discurso que no leyó, pero que fue publicado por la Santa Sede,
el Papa pidió buscar la justicia y la paz y solicitó también a los cristianos
que se dedican a política buscar el bien común y ser sal y luz.
“Frente
a la cultura de la ilegalidad, de la corrupción y del choque, ustedes están
llamados a dedicarse al bien común, también mediante el servicio a la gente que
se identifica con la política”, decía el texto.
En
ese sentido, recordó que los cristianos que se dedican a la política están “llamados
a ser sal y luz en el mundo también a través de esta modalidad de presencia”.
El
Papa aseguró conocer bien a la Asociación “por haber sido asistente nacional en
Argentina, al final de los años 70”. “Sus raíces radican en las Congregaciones
Marianas, que datan de la primera generación de compañeros de San Ignacio de
Loyola”.
Francisco
destacó la intensa vida espiritual de la Asociación y el celo apostólico de sus
miembros, que desarrollan el Concilio Vaticano II.
A
continuación les ofreció algunas “guías” para su recorrido de vida cristiana.
La primera, indicó, es "el empeño por difundir la cultura de la
justicia y de la paz”.
En
el segundo punto trató de la importancia de la pastoral familiar y les animó a
“ayudar a las comunidades diocesanas en la atención por la familia, célula vital de la sociedad, y en el
acompañamiento al matrimonio de
los novios”.
Al
mismo tiempo, “pueden colaborar en la acogida de los considerados 'alejados':
tras ellos no hay pocos separados, que sufren por haber fallado en su proyecto
de vida conyugal, como en otras situaciones de malestar familiar”.
La
tercera línea fue la de “la misionaridad”. “Los animo a mantener esta
capacidad de salir y de andar hacia las fronteras de la humanidad más necesaria.
Hoy han invitado delegaciones de miembros de sus comunidades presentes en
países con las que se han hermanado, en especial Siria y Líbano: pueblos
torturados por terribles guerras. A ellos renuevo mi afecto y solidaridad”.
Estos
pueblos, dijo, “están experimentando la hora de la cruz,
y por eso hagamos sentirles el amor, la cercanía y el apoyo de toda la
Iglesia”.
“Su
estilo de fraternidad, que los está comprometiendo también en proyectos de
acogida a los migrantes en Sicilia, los haga generosos en la educación
de los jóvenes, sea en su propia asociación, sea en el ámbito de las escuelas”.
En
este punto recordó cómo San Ignacio entendió que “para renovar la sociedad se
necesitaba partir de los jóvenes y favoreció la apertura de las escuelas”.
Por
ello, “también ustedes pueden ser activos en la animación de las instituciones
educativas, católicas y estatales, presentes en Italia”. Pero siempre con
“alegría y testimonio evangélico, unido a la delicadeza de la aproximación y
del respeto al otro”.
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