Realicemos pequeños gestos cotidianos de
amor al prójimo, alienta el Papa Francisco
Por Alvaro de Juana
Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez /
ACI Prensa
VATICANO, 10
May. 15 / 10:57 am (ACI/EWTN Noticias).- El calor de Roma no impidió que miles de peregrinos
asistieran a la Plaza de San Pedro al rezo del Regina Coeli presidido por el
Papa Francisco.
El
Pontífice habló de pequeños gestos hacia el prójimo, hacia el
enfermo, el anciano o el necesitado. Gestos que son frutos del amor que Dios ha
puesto en el corazón del hombre y que permiten dejar los egoísmos a un lado.
Es
este amor, indicó el Papa, el que “el Espíritu Santo vierte en nuestros
corazones, para que se cumplan cada día prodigios en la Iglesia y en el mundo”.
“Son
tantos pequeños y grandes gestos que obedecen al mandamiento del Señor: ‘Amaos
los unos a los otros como yo os he amado’. Gestos pequeños, de todos los días,
gestos de cercanía a un anciano, a un niño, a un enfermo, a una persona sola y
en dificultad, sin casa, sin trabajo, inmigrante, refugiado. Gracias a la
fuerza de esta palabra de Cristo cada uno de nosotros puedehacerse próximo
hacia el hermano y la hermana que encuentra. Gestos de cercanía, de
proximidad” donde “se manifiesta el amor que Cristo nos ha enseñado”.
Comentando
el Evangelio del día, el Papa indicó que “Jesús ha dado la vida por sus amigos. Amigos que no lo habían
entendido, que en el momento crucial lo abandonaron, traicionado y renegado”.
Así,
“Jesús nos muestra el camino para seguirlo, el camino del amor. Su
mandamiento no es un simple precepto, que tiene algo de abstracto o de exterior
respecto a la vida. El mandamiento de Cristo es nuevo porque Él lo ha realizado
primero, le ha dado carne, y así la ley del amor fue escrita de una vez para
siempre en el corazón del hombre”.
El
mandamiento de Cristo, dijo, está escrito “con el fuego del Espíritu Santo. Y
con este mismo Espíritu, que Jesús nos dona, podemos caminar también nosotros
en este camino”.
Pero
se trata de “un camino concreto, un camino que nos lleva a salir de
nosotros mismos para ir hacia los demás. Jesús nos ha mostrado que el amor
de Dios se realiza en el amor al prójimo. Los dos van juntos. Las páginas del
Evangelio están llenas de este amor: adultos y niños, cultos e ignorantes,
ricos y pobres, justos y pecadores tienen acogida en el corazón de Cristo”.
Francisco
indicó que “esta palabra del Señor nos llama a amarnos los unos a los otros,
también si no nos entendemos, no siempre estamos de acuerdos… pero es
precisamente ahí donde se ve el amor cristiano”. Este, señaló, es “un amor que
se manifiesta también si hay diferencias de opinión o de carácter, pero el
amor es más grande que estas diferencias”.
Se
trata de “un amor redentor, liberado del egoísmo. Un amor que dona a nuestro
corazón la alegría, como dice Jesús mismo: ‘Os he dicho estas cosas para que mi
alegría sea en vosotros y vuestra alegría sea plena’”.
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