Hoy celebramos a San Bernardino de Siena,
propagador del amor al Nombre de Jesús
REDACCIÓN CENTRAL, 20 May. 15 / 12:18
am (ACI).-
“El
Nombre de Jesús es la luz de los predicadores, pues es su resplandor el que
hace anunciar y oír su palabra”, decía San Bernardino de Siena, gran propagador
del amor al Santísimo Nombre de Jesús.
San
Bernardino nació en Italia en 1380, quedó huérfano y fue criado por una tía.
Desde pequeño le gustaba armar altares e imitar a los predicadores. En su
adolescencia era cuidadoso en su comportamiento y buscaba no faltar a la
pureza.
Cuando
tenía 20 años cayó una gran peste en la zona. Él y sus amigos fueron al
hospital a servir a los enfermos hasta que terminó la epidemia. Más adelante
formó parte de la Orden de los Frailes Menores, fue ordenado sacerdote y
convirtió a muchos con su prédica.
Como
propagador de la devoción al Santísimo Nombre de Jesús y la Eucaristía, solía
portar una tablilla que mostraba la hostia consagrada
con rayos y en el centro el monograma IHS, que el Santo ayudó a popularizar
como símbolo de la Eucaristía.
Entre
las duras pruebas que le tocó vivir estuvo la suspensión como predicador que
recibió del Papa Martín V, hecho en el que intervino San Juan Capistrano, quien
le ayudó a arreglar su situación.
Fue
un gran reformador de la Orden Franciscana, fundó más de 200 monasterios y
rechazó tres episcopados.
Al
final de su vida se
le apareció San Pedro Celestino para avisarle que su muerte estaba cerca.
Partió a la Casa del Padre en 1444 y seis años después fue canonizado.
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