¿La Iglesia necesita la Teología de la
Liberación para ayudar a los pobres?
REDACCIÓN CENTRAL, 15 May. 15 / 02:10
pm (ACI).-
En
las últimas semanas la Teología de la Liberación Marxista (TLM) ha vuelto a ser
noticia, tanto por las declaraciones de un ex espía soviético que aseguró
que fue una creación de la KGB,
como por la presentación de uno de sus “padres”, el sacerdote dominico
peruano Gustavo Gutiérrez,
en un evento en el Vaticano.
La
TLM, surgida durante la segunda mitad del siglo XX, presenta un
análisis de la realidad social desde el materialismo histórico. Muchos de sus
postulados fueron criticados por el entonces Prefecto para la Congregación de
la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger –hoy Sumo Pontífice EméritoBenedicto XVI–,
y gran parte de sus principales ideólogos han abandonado laIglesia o sostienen ideas contrarias al Magisterio.
Entre
las figuras más conocidas de la Teología de la Liberación Marxista se encuentran
el sacerdote Ernesto Cardenal, que se convirtió en revolucionario
armado y fue reprendido públicamente por San Juan Pablo II en su visita a Nicaragua; y Leonardo Boff,
que abandonó el sacerdocio,
se casó y ahora se considera un “ecoteólogo de matriz católica”.
En
2007, el Vaticano advirtió sobre “diversas proposiciones erróneas o
peligrosas” en las obras del sacerdote jesuita Jon Sobrino,
considerado uno de los padres de la Teología de la Liberación Marxista. Por su
parte, el P. Gustavo Gutiérrez aseguró, en su obra fundamental –aún no
corregida– “Teología de la Liberación. Perspectivas”, que “la teología
contemporánea se halla en insoslayable y fecunda confrontación con el
marxismo”.
Tras
la participación del P. Gutiérrez en una conferencia de prensa de Cáritas esta
semana en el Vaticano, diversos analistas dieron protagonismo a la TLM en los
medios y la han vuelto a presentar como necesaria para que la Iglesia ayude a
los pobres.
Desde
uno de los barrios más pobres del Perú, un joven sacerdote misionero español
echa por tierra esta propuesta.
El
P. Francisco José Delgado Martín, se ordenó sacerdote en la Arquidiócesis de
Toledo (España) hace ocho años. En los últimos seis ha desarrollado su labor
misionera en el distrito de Villa El Salvador, actualmente en la parroquia
Jesús Nazareno.
De
acuerdo al Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social del gobierno peruano,
Villa El Salvador es uno de los cinco distritos más pobres de Lima, con el 37,4
por ciento de la población en situación de pobreza.
En
declaraciones a ACI Prensa,
el P. Delgado consideró que la Teología de la Liberación actualmente “es una
vía muerta, no va a ningún lado, (de ella) no se puede aprender nada”.
“Yo
ahí soy muy duro, alguno me dirá ‘no, pero sí, la cercanía al pobre’, pero alrepasar
la historia de caridad que ha habido a finales del siglo XX, en todo el
siglo XX, de cantidad de obras, misiones, congregaciones, que se han dedicado a
atender a los pobres en las distintas necesidades”.
El
misionero español recordó que, sin necesidad de la Teología de la Liberación,
“allá donde sale una necesidad” surge una respuesta de la Iglesia.
“Si
hay niños pobres que no tienen educación, pues te aparece San Juan Bosco, si
tienes chicas que han caído en la prostitución, te aparece la fundadora de las
Adoratrices. Si tienes el mundo obrero, pues en la época más reciente aparece
el Opus Dei por ejemplo, otras congregaciones, otros grupos. Para cada
situación de necesidad humana ha aparecido un grupo, que inspirándose en el
Evangelio ha dado la respuesta”, señaló.
El
sacerdote enfatiza que “no hace falta Teología de la Liberación para ayudar
al pobre”.
“Es
más, hoy día, si uno lee a los que han teorizado sobre este tema, es decir cómo
realmente se crea desarrollo social, los que son muy críticos con esta
propuesta te dirán que el capitalismo ha hecho mucho más por el desarrollo de
los pobres que la teología de la liberación”.
En
países como Perú y más específicamente distritos como Villa El Salvador, apuntó
el sacerdote, el desarrollo, con mejores accesos a la educación y mejores
condiciones de vida humana,
“no ha sido por la obra de la Teología de la Liberación, ha sido porque
ha habido empresas que han tenido cierta libertad para invertir”.
De
esa forma, señaló, las personas pudieron crear negocios y “la gente ha ido
creciendo. Pero todo este tipo de luchas sindicales, de este tipo, no han
llegado a ningún lado”.
El
P. Francisco señaló que el verdadero campo de la Iglesia pasa por “entender que
cuando se predica el Evangelio, cuando se enseña a Jesucristo al hombre,
Jesucristo le muestra al hombre el misterio del hombre, el sentido de su vida,
cómo es su realidad, a qué está llamado, cuál es la grandeza de su vocación”.
“De
otra manera, la Iglesia no funciona”, dijo.
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