Papa Francisco: Laicos necesitan obispos
pastores y no “obispos-pilotos”
Papa Francisco con los obispos de la
Conferencia Episcopal Italiana / Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 19 May. 15 / 05:50 pm (ACI).- El Papa Francisco dirigió ayer un discurso a la
Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en el que llamó a los obispos a ser
pastores y no “obispos-pilotos” al momento de acompañar a los laicos que participan
en la vida pública;
además les pidió no ser tímidos a la hora de denunciar la corrupción pública y
privada.
“Los
laicos que tienen una formación cristiana auténtica, no deberían necesitar a un
obispo-piloto, o a un monseñor-piloto... para asumir sus responsabilidades en
todos los ámbitos: desde el político al social, pasando por el económico y
legislativo''. ''Todos tienen necesidad, en cambio, del obispo pastor'',
expresó el Pontífice a los obispos italianos, que se encuentran en asamblea
hasta el 21 de mayo.
Francisco
recordó a los prelados que su vocación “es escuchar lo que el Señor nos pide:
‘Consolad a mi pueblo’. De hecho, se nos pide que consolemos y ayudemos, sin
distinción alguna, a todos nuestros hermanos oprimidos bajo el peso de sus
cruces, acompañándolos, sin cansarnos nunca de trabajar para levantarlos con la
fuerza que viene de Dios”.
En
su discurso, Francisco también llamó a “ir a contracorriente”, es decir, “ser
testigos gozosos de Cristo resucitado para transmitir alegría y esperanza a los
demás”. Asimismo, abordó la importancia de la ''sensibilidad eclesial'', que es
asumir los mismos sentimientos de Cristo, ''sentimientos de humildad, de
compasión, de misericordia, de concreción y de sabiduría''.
Una
sensibilidad que comporta –indicó- no ''ser tímidos a la hora de denunciar y
luchar contra una mentalidad generalizada de corrupción pública y privada que
ha empobrecido, sin avergonzarse, a las familias, a los jubilados, a los
trabajadores honestos, a las comunidades cristianas, descartando a los jóvenes,
privados sistemáticamente de cualquier esperanza para su futuro, y sobre todo
marginando a los más débiles y necesitados”.
“Una
sensibilidad eclesial que, como buenos pastores, nos lleva a salir al encuentro
del pueblo de Dios para defenderlo de las colonizaciones ideológicas que lo
privan de la identidad y la dignidad humana''.
Francisco
explicó que esa sensibilidad se manifiesta también al momento de tomar
decisiones pastorales y elaborar documentos en que no prevalezca ''el aspecto
teorético-doctrinal abstracto, casi como si nuestras orientaciones no
estuvieran destinadas a nuestro pueblo, o a nuestro país, sino sólo a algunos
estudiosos y especialistas''. ''En cambio, debemos esforzarnos por traducirlos
en propuestas concretas y comprensibles''.
Por
último, la sensibilidad eclesial se revela concretamente en la colegialidad y
en la comunión entre los obispos y sus sacerdotes; en la comunión entre los
propios obispos; entre las diócesis ricas - material y vocacionalmente - y las
que atraviesan dificultades; entre las periferias y el centro; entre los
episcopados y los obispos con el Sucesor de Pedro.
''En
algunas partes del mundo se nota una debilitación difusa de la colegialidad,
sea en la planificación pastoral, como en la puesta en común de los proyectos
económicos y financieros. Falta la costumbre de comprobar la recepción de los
programas y la ejecución de los proyectos. Por ejemplo, se organiza una
conferencia o un evento que, dando relieve a las voces habituales narcotiza a
las comunidades, homologando decisiones, opiniones y personas, en lugar de
dejarnos llevar a esos horizontes donde el Espíritu Santo nos pide que
vayamos''.
''¿Por
qué se dejan envejecer tanto los institutos religiosos, los monasterios, las
congregaciones, hasta el punto de no ser ya casi testimonios evangélicos fieles
al carisma fundacional? ¿Por qué no se los agrupa antes de que sea demasiado
tarde desde tantos puntos de vista?'', cuestionó. Se trata de un problema mundial
que, como afirmó el Santo Padre, denota una falta de sensibilidad eclesial.
''Me
detengo aquí después de haber presentado algunos ejemplos de sensibilidad
eclesial debilitada a causa de la confrontación continua con los enormes
problemas del mundo y de la crisis que no ha escatimado ni siquiera la misma
identidad cristiana y eclesial'”.
Finalmente,
el Santo Padre pidió a Cristo que durante el Jubileo de la Misericordia conceda
a todos ''la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios con
la que estamos llamados a dar consuelo a todo hombre y mujer de nuestro
tiempo''.
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