sábado, 21 de febrero de 2015

29na. CONSIDERACION VIRTUDES INTERIORES sFs


EL VIGESIMONOVENO DIA

Su fortaleza

Francisco de Sales era tan firme y constante en sus razonamientos concernientes a la forma en que había que hacer las cosas, que todas las tormentas del infierno no habrían podido sacudirlo. Y hablando verdaderamente, aún cuando él nunca demostró un apuro impetuoso, o un entusiasmo violento o impaciente, él poseía una generosidad maravillosa y la magnanimidad del coraje invencible. (Pere de la Riviere.)

Nunca hubo un alma más valerosa o más generosa, o una más capaz de soportar las injurias, o de perseverar en las obras que Dios le había inspirado a hacer. El nunca rechazó nada, y siempre decía que cuando nuestro Señor nos ha asignado un asunto no debemos darnos por vencidos, sino que debemos tener coraje para superar todas las dificultades.

Se necesita una gran fuerza mental para poder perseverar a la hora de hacer lo que está bien, como lo hizo Francisco de Sales. Quién lo vio echarse para atrás alguna vez, o quién lo vio perder siquiera la sombra de su modestia? Quién vio alguna vez que otros hayan perturbado su espíritu o alborotado su alma? Por esta razón su corazón era perfectamente inocente. El nunca hizo nada con malicia ni con amargura de espíritu. No, ciertamente nunca hubo un corazón más gentil, humilde, generoso, agraciado o afable que el suyo. (Santa Chantal.)

Un Ramillete Espiritual


El regalo de la fortaleza y el coraje consiste en superarse a uno mismo para poder someternos a Dios, mortificando y sacando de nuestras almas todas las superficialidades y las imperfecciones que emanan del amor propio, sin retener ni una sola, no importa cuan pequeña sea, y aspirando valientemente a la perfección más alta sin sentir temor de las dificultades que se nos presenten en el camino que debemos recorrer para obtenerla. (Tercer Sermón del Pentecostés.)

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