lunes, 23 de febrero de 2015

EL VERDADERO AYUNO

No es ayuno no comer carne y después pelear y explotar a los trabajadores
Francisco, en Santa Marta.
Ciudad del Vaticano (AICA): Viernes 20 Feb 2015 | 10:21 am “El ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. Este es el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un ayuno que viene del corazón”, explicó el papa Francisco, esta mañana, durante la homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.

 “El ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. Este es el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un ayuno que viene del corazón”, explicó el papa Francisco, esta mañana, durante la homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. 
“El pueblo se lamenta delante del Señor porque no escucha sus ayunos”. De este modo, el Papa habló del pasaje de Isaías en la primera Lectura. Y señaló que es necesario distinguir entre “el formal y el real”. Para el Señor “no es ayuno no comer carne” y después “pelear y explotar a los trabajadores”. Por esto Jesús condenó a los fariseos porque hacían “muchas observancias externas, pero sin la verdad del corazón”. 
Sin embargo, el ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. “Este es el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un ayuno que viene del corazón”, explicó. 
“En las tablas de la ley está la ley hacia Dios y la ley hacia el prójimo y las dos van juntas. Yo no puedo decir: ‘Pero, no, yo cumplo los tres primeros mandamientos y los otros más o menos’. No, si no haces estos, esos no puedes hacerlos y si tú haces eso, debes hacer esto. Están unidos: el amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla delante de Dios y también con tu hermano, con el prójimo”. 
Y como dice el apóstol Santiago, puedes tener mucha fe pero si no haces obras, no sirve de nada. Por eso el Papa advirtió que uno puede ir a misa todos los domingos y comulgar, y se puede preguntar: “¿cómo es tu relación con tus trabajadores? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo? ¿También pagas la contribución para la pensión? ¿Para asegurar la salud?” 
Al respecto, el Santo Padre advirtió sobre esos hombres y mujeres de fe que dividen las tablas de la ley: ‘sí, sí, yo hago esto’ - ‘¿pero tú das limosna?’ - ‘sí, sí, siempre envío el cheque a la Iglesia’ - ‘Ah, muy bien. Pero a tu Iglesia, en tu casa, con los que dependen de ti -ya sean hijos, abuelos, trabajadores- ¿eres generoso, eres justo?’ “Tú no puedes hacer ofrendas a la Iglesia sobre los hombros de la injusticia que haces con tus trabajadores. Esto es un pecado gravísimo: es usar a Dios para cubrir la injusticia”, advirtió. 
De este modo, el Pontífice indicó que esto es lo que el profeta Isaías en nombre del Señor hoy nos hace entender: “No es buen cristiano el que no es justo con las personas que dependen de él”. Y no es buen cristiano, “el que no se despoja de lo necesario para él para dar al que lo necesita”. 
El camino de la Cuaresma, afirmó el Pontífice “es esto, es doble, a Dios y al prójimo, es decir, es real, no es meramente formal. No es no comer carne solamente el viernes, hacer algo, y después hacer crecer el egoísmo, la explotación del prójimo, la ignorancia de los pobres”. 
Al respecto, el Papa dio un ejemplo: hay quien si necesita curarse va al hospital y como es socio de una mutual es atendido enseguida. “Es algo bueno, da gracias al Señor. Pero dime, ¿pensaron en aquellos que no tiene esta relación con el hospital y cuando llegan deben esperar 6, 7, 8 horas? también por una cosa urgente”, ¿se preguntaron? 
Y así, el Papa reconoció que hay gente aquí, en Roma, que vive así y la Cuaresma sirve para pensar en ellos: “¿qué puedo hacer por los niños, por los ancianos, que no tienen la posibilidad de ser visitados por un médico?”, que quizá esperan “ocho horas y después te dan turno para una semana después”. “¿Qué haces por esa gente?” “¿cómo será tu Cuaresma?” 
Por otro lado, preguntó si en esta Cuaresma hay sitio en el corazón “para aquellos que no cumplieron los mandamientos”, “que se han equivocado y están en la cárcel”. Si tú no estás en la cárcel -advirtió el Papa- es porque el Señor te ayudó a no caer.

Finalmente, el Pontífice pidió al Señor que nos acompañe en nuestro camino cuaresmal para que la observancia exterior corresponda con una profunda renovación del Espíritu. + 


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