Quien se deja atraer por el amor de Dios recibe la vida eterna, dice el
Papa Francisco
Papa Francisco. Foto: L'Osservatore Romano.
VATICANO, 09
Ago. 15 / 09:09 am (ACI/EWTN Noticias).- Al
presidir hoy el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco
alentó a los fieles a tener el corazón abierto para que la fe entre en nuestras
vidas. “Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús: somos nosotros quienes
abrimos nuestro corazón o lo cerramos”, señaló.
El Santo Padre indicó que hoy
continúa la lectura del sexto capítulo del Evangelio de Juan, en el que Jesús,
tras realizar el milagro de la multiplicación de los panes, “explica a la gente
el significado de aquel ‘signo’”.
El Papa recordó que “como había
hecho antes con la Samaritana, a partir de la experiencia de la sed y del signo
del agua, Jesús aquí parte de la experiencia del hambre y del signo del pan,
para revelarse e invitarnos a creer en Él”.
“La gente lo busca, la gente lo
escucha, porque se ha quedado entusiasmada con el milagro: ¡querían hacerlo
rey! Pero cuando Jesús afirma que el verdadero pan, donado por Dios, es Él
mismo, muchos se escandalizan, no comprenden, y comienzan a murmurar entre ellos”.
Ante esto, dijo el Papa, “Jesús
responde: ‘Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió’, y
añade ‘Les aseguro que el que cree, tiene Vidaeterna’”.
“Nos sorprende, y nos hace
reflexionar esta palabra del Señor: ‘Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el
Padre’, ‘el que cree en mí, tiene Vida eterna’. Nos hace reflexionar”.
Francisco destacó que “esta
palabra se introduce en la dinámica de la fe, que es una relación: la relación
entre la persona humana, todos nosotros, y la Persona de Jesús, donde un papel
decisivo juega el Padre, y naturalmente, también el Espíritu Santo, que está
implícito aquí”.
El Santo Padre subrayó que “no
basta encontrar a Jesús para creer en Él, no basta leer la Biblia, el
Evangelio: esto es importante ¿eh? Pero no basta. No basta ni siquiera asistir
a un milagro, como aquel de la multiplicación de los panes”.
“Muchas personas estuvieron en
estrecho contacto con Jesús y no le creyeron, es más, también lo despreciaron y
condenaron”, recordó, para luego cuestionarse “¿por qué, esto? ¿No fueron
atraídos por el padre? No: esto sucedió porque su corazón estaba cerrado a la
acción del Espíritu de Dios. Y si tú tienes el corazón cerrado la fe no entra”.
En cambio, destacó, “la fe, que
es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos
‘atraer’ por el Padre hacia Jesús, y ‘vamos a Él’ con ánimo abierto, con
corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el Rostro de
Dios y en sus palabras la Palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha
hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre.
Y allí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe”.
Con esta actitud de fe, dijo el
Papa, “podemos comprender el sentido del ‘Pan de la vida’ que Jesús nos dona, y
que Él expresa de esta manera: ‘Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que
coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la
Vida del mundo’”.
Miles de jóvenes
presentes en la Plaza de San Pedro participan del rezo Ángelus con Papa
Francisco pic.twitter.com/anlA85T60m
“En Jesús, en su ‘carne’ –es
decir, en su concreta humanidad– está presente todo el amor de Dios, que es el
Espíritu Santo. Quien se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe,
y recibe de Él la vida, la vida eterna”.
Francisco destacó que “aquella
que ha vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María:
la primera persona humana que ha creído en Dios recibiendo la carne de Jesús”.
Al concluir su mensaje, el Papa
alentó a aprender de la Virgen María “la alegría y la gratitud por el don de la
fe. Un don que no es ‘privado’, un don que no es ‘propiedad privada’, sino que
es un don para compartir: es un don «para la vida del mundo”.
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