Hoy celebramos a San Lorenzo, famoso diácono mártir que murió quemado en
una hoguera
REDACCIÓN CENTRAL, 10 Ago. 15 / 12:07 am (ACI).- “La Iglesia de Roma nos invita hoy a celebrar el triunfo de San Lorenzo, que
superó las amenazas y seducciones del mundo, venciendo así la persecución
diabólica”, dijo una vez el Obispo San Agustín en uno de sus sermones.
San Lorenzo era uno
de los diáconos que ayudaba al Papa San Sixtus II, quien fue asesinado por la
policía del emperador mientras estaba celebrando Misaen un cementerio de Roma.
La antigua tradición
cuenta que San Lorenzo, al ver que iban a matar al Pontífice, le dijo: “Padre
mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?” y el Santo Padre le respondió: “Hijo
mío, dentro de pocos días me seguirás”.
San Lorenzo se alegró
muchísimo de saber que iría pronto al cielo y, viendo el peligro que se aproximaba, recogió todos los bienes
que la Iglesia tenía en Roma, los vendió y repartió el dinero a los más
necesitados.
El alcalde de
la ciudad, que era pagano y apegado al dinero, llamó a San Lorenzo y le
mandó que le lleve los tesoros de la Iglesia para costear una guerra que el
emperador iba a empezar. El Santo le pidió unos días de plazo para reunirlos.
El diácono entonces
juntó a los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados,
ciegos y leprosos que él ayudaba con las limosnas. Mandó llamar al alcalde y le
dijo que ellos eran los tesoros más preciados de la Iglesia de Cristo.
El alcalde, lleno de
rabia, lo mandó matar lentamente, prendieron una parrilla de hierro y ahí
acostaron a San Lorenzo. Los fieles vieron el rostro del mártir rodeado de un
esplendor muy hermoso y sintieron un aroma agradable, mientras que los
paganos no percibían nada de eso.
Tras un rato de
estarse quemando por un lado en la parrilla, el valiente mártir le dijo al juez
que le dieran la vuelta para quedar completamente quemado. Cuando ya se
acercaba su hora y con una tranquilidad impresionante, pidió a Dios por la
difusión del cristianismo en el mundo y partió a la Casa del Padre el 10 de
agosto del 258.
Se dice que este
martirio significó el declive de la idolatría romana y que la Basílica de San
Lorenzo en Roma es considerada la quinta en importancia.
La devoción a este
gran Santo se ha expandido por todo el mundo y muchos pueblos y ciudades llevan
su nombre.
Incluso el nombre del
equipo de fútbol favorito del Papa Francisco, el Club Atlético San
Lorenzo de Almagro, es en honor al diácono mártir. Tal como fue el deseo del
salesiano P. Lorenzo Massa, en los inicios de fundación del equipo.
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