Preocupación por la
pérdida de la cultura del trabajo
San Cayetano (Corrientes) (AICA) Lunes 3 Ago 2015 | 17:16 pm: El arzobispo de Corrientes,
monseñor Andrés Stanovnik, celebró una misa para trabajadores que peregrinaron
a la localidad correntina de San Cayetano. Allí lamentó la pérdida de la
cultura del trabajo: “El hombre no está hecho para vivir ocioso, y menos aún
para vivir a costa de los demás o del Estado”.
Este
domingo 2 de agosto se realizó la XXX Peregrinación de los Trabajadores al
santuario de San Cayetano, en la localidad correntina del mismo nombre.
Afiliados a los gremios y sindicatos, junto con sus familias, pidieron al
patrono de la Providencia para que no falte trabajo y un salario justo en una
misa celebrada por el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik
OFMCap.
Los
peregrinos salieron cerca de las 7 de la Rotonda de la Virgen de Itatí, tras
recibir la bendición del arzobispo. El prelado caminó junto con los
trabajadores hasta llegar a la localidad, donde poco más tarde presidió la
celebración eucarística.
En su
homilía, monseñor Stanovnik habló de la dignidad que da el trabajo y del gozo
que siente el trabajador al llevar el pan a la casa. “El hombre no está hecho
para vivir ocioso, y menos aún para vivir a costa de los demás o del Estado”,
apuntó el arzobispo.
Monseñor
Stanovnik criticó la extendida mentalidad de que lo mejor es hacer plata sin
trabajar o trabajando lo menos posible. Para el prelado, “esta manera de pensar
hace al hombre menos hombre y daña gravemente su dignidad”.
“Pensar
así va en contra del proyecto de Dios. Debemos reiterarlo: el trabajo confiere
al hombre la dignidad de hijo de Dios, de criatura suya. Vivir sin trabajar
deforma la imagen y semejanza que Dios le ha impreso cuando lo creó”, aseveró el
arzobispo.
En otro
tramo de su predicación, monseñor Stanovnik invitó a imitar a Jesús, que
consagró la mayor parte de su vida al oficio de carpintero, y también comentó
cómo el papa Francisco, en su encíclica Laudato si’, condena el
sistema económico que pone al dinero por encima de todo, excluye a los débiles
y vulnera la dignidad del hombre.
El
arzobispo correntino invitó a colocar a la persona y a Dios en el centro de la
nuestras vidas. También pidió a los peregrinos que recen por los que no tienen
trabajo, para que los empresarios se arriesguen a garantizar la ocupación, para
que haya condiciones mínimas de seguridad y de salud y se recupere la cultura
del trabajo.+
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