El Milagro de Hiroshima: Jesuitas sobrevivieron a la bomba atómica
gracias al Rosario
Por Alvaro de Juana
Hiroshima después de la bomba - Foto: Dominio
público
VATICANO, 06 Ago. 15 / 10:47 am (ACI).- Se cumplen 70 años del
lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, uno de los episodios más
dramáticos de la historia de la humanidad. Ese 6 de agosto de 1945, fiesta de
la Transfiguración, muy cerca de donde cayó la bomba “Little Boy”, cuatro
sacerdotes jesuitas alemanes sobrevivieron a la catástrofe, y la radiación
-que mató a miles en los meses siguientes- no tuvo efecto en ellos. Esta
historia, documentada por historiadores y médicos, es conocida como el Milagro
de Hiroshima.
Los jesuitas Hugo Lassalle,
superior en Japón, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik, se
encontraban en la casa parroquial de laiglesia de
Nuestra Señora de la Asunción, uno de los pocos edificios que resistió a la
bomba. En el momento de la explosión, uno de ellos se encontraba celebrando la
Eucaristía, otro desayunaba y el resto en las dependencias de la parroquia.
Ellos son
los jesuitas que sobrevivieron a bomba de #Hiroshima por
el Rosario http://t.co/Ra0T2AlkLy pic.twitter.com/tTCkZArIE8
Según escribió el propio P.
Hubert Cieslik en un diario, únicamente sufrieron daños menores producto
de cristales rotos, pero ninguno a consecuencia de la energía atómica liberada.
Los médicos que les atendieron
tiempo después les advirtieron que la radiación recibida les produciría
lesiones graves, así como enfermedades e incluso una muerte prematura.
El pronóstico nunca se cumplió.
No desarrollaron ningún trastorno y en 1976, 31 años después del lanzamiento de
la bomba, el P. Schiffer acudió al Congreso Eucarístico de Filadelfia y relató
su historia, confirmando que los cuatro jesuitas estaban aún vivos y sin
ninguna dolencia. Fueron examinados por decenas de doctores unas 200
veces a lo largo de los años posteriores, sin que se hallase en sus cuerpos
rastro alguno de la radiación.
Los cuatro religiosos nunca
dudaron de que habían gozado de la protección divina, y en particular de la
Virgen:
“Vivíamos el mensaje de Fátima y rezábamos juntos el Rosario todos los días”,
explicaron.
El P. Schiffer escribiría “El
Rosario de Hiroshima”, un libro en el que da cuenta de todo lo que vivió.
En el 70 aniversario de
Hiroshima, el Obispo de Niigata y Presidente de Cáritas Asia, Mons. Tarcisius
Isao Kikuchi, ha difundido un mensaje en el que subraya que Japón puede
contribuir a la paz “no con nuevas armas, sino con sus actividades de nobleza y
amplia historia en el crecimiento mundial, de modo particular en las
consideradas naciones en vía de desarrollo”.
El prelado añade que “con esta
contribución al desarrollo, que lleva al pleno respeto y a la realización de la
dignidad humana, sería muy apreciado y respetado por la comunidad
internacional”. Cada año, del 5 al 15 de agosto, el país celebra una Oración
por la Paz.
En Hiroshima y Nagasaki murieron
unas 246 mil personas, la mitad en el momento del impacto y el resto en las
semanas posteriores por los efectos de la radiación. La bomba de HIroshima
coincidió con la solemnidad de la Transfiguración del Señor y la rendición de
Japón ocurrió el 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María.
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