Cómo combate la Iglesia la trata de personas a nivel mundial
Imagen referencial - Foto: Pixabay (Dominio
Público)
ROMA, 31 Jul. 15 / 10:36 pm (ACI).- El 30 de julio fue el Día Mundial
contra la trata de personas, un fenómeno que afecta a millones de personas en
diferentes países y que ha sido denunciado reiteradamente por el Papa Francisco
como “un crimen contra la humanidad”.
“Es necesaria una toma de
responsabilidad común y una voluntad política más fuerte para vencer en este
frente… Una intervención legislativa adecuada en los países de origen, tránsito
y llegada, también para facilitar la regularidad de las migraciones, puede
reducir el problema”.
En ese sentido, y siguiendo el
llamado de la Iglesia de defender y promover la dignidad humana, es
que Cáritas y otras organizaciones católicas vienen desarrollando labores y
proyectos de rescate, acompañamiento y prevención de este drama.
Según la Red Kawsay Defensores de
Vidas, los traficantes de personas siguen las siguientes modalidades:
reclutamiento ilícito de menores de edad, explotación sexual, explotación
laboral, extracción ilegal de órganos, mendicidad ajena y matrimonio servil.
Campañas en América
Entre las varias iniciativas que
se desarrollan en el continente americano, se encuentra la campaña lanzada este
miércoles por la Conferencia Episcopal Colombiana llamada “A la trata diga no”,
para prevenir a la población sobre las estrategias, tácticas y escenarios de
los tratantes, y ayudar a contrarrestar este delito mediante una red de apoyo.
La iniciativa fue presentada por
las religiosas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul y por la Red Kawsay
Defensores de Vidas. Cuenta con el apoyo de los obispos y diversas
organizaciones. El Presidente del Episcopado, Mons. Luis Augusto Castro, señaló
que entre las modalidades más graves de este crimen está el mercado de
embriones, que genera una ganancia de 32 millones de dólares al año.
Así como en Colombia, desde el
año 2013 Cáritas Costa Rica desarrolla en varias diócesis el proyecto
“Construcción de paz, equidad y tolerancia”, que atiende a inmigrantes y refugiados
centroamericanos víctimas de este crimen para que se reintegren a la sociedad.
El tráfico sexual en Asia
Si bien el tráfico sexual de
mujeres y menores es un fenómeno que ocurre también en otros continentes, es
conocido que el sudeste asiático se ha convertido en las últimas décadas en
destino de quienes buscan “turismo sexual”.
Entre estos destinos está
Tailandia. Según la agencia vaticana Fides la trata de mujeres en este país
afecta a personas de entre 13 y 20 años, captadas en Myanmar, Camboya o Laos,
e incluso en países africanos como Somalia, o más cercanos a Medio Oriente como
Pakistán. Las víctimas, en su desesperación por huir de la violencia y la
pobreza, caen en manos de redes que las obligan a prostituirse.
Ante esto, el Servicio Jesuita a
Refugiados (JRS) de Bangkok desarrolla un proyecto para la asistencia
psicológica y material de las refugiadas y víctimas de la trata.
“Las mujeres refugiadas son en su
mayoría víctimas de violencia sexual, y son extremadamente vulnerables. Las
ayudamos a que se sientan menos solas. Después de terribles experiencias, las
mujeres pueden compartir sus sentimientos y desarrollar un sentido de
solidaridad y de compartir”, dice Jennifer Martin, consultora psico-social del
JRS.
Cáritas también ha desarrollado
un programa en Surat Thani (Tailandia), para ayudar a reforzar los controles
legales para las migraciones y asistir a las víctimas. Por otro lado, en
Myanmar Cáritas realiza campañas de prevención contra el tráfico de personas,
sobre todo con los jóvenes. Además promueve el uso de canales de migración
segura e identifica los puntos donde hay un mayor riesgo de caer en las redes
de trata.
África
Entre los diferentes países
africanos donde se trafican con personas está Mozambique, donde las redes
secuestran mujeres con el objetivo de explotarlas sexual y laboralmente. La
Caritas local ha denunciado que incluso se dan los casos de extracción de órganos
para su venta al extranjero.
Para afrontar este flagelo,
Cáritas tienen proyectos de capacitación dirigidos a las autoridades y a las
comunidades para que puedan reaccionar, sea modificando las leyes y políticas,
como denunciando a los tratantes.
El Papa Francisco, que en
reiteradas veces ha condenado el tráfico de personas, señaló en abril de 2014
que “la trata de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad
contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad”.
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