Hoy es Fiesta de San Juan María Vianney, el cura de Ars patrono de los
párrocos
REDACCIÓN CENTRAL, 04 Ago. 15 / 12:05 am (ACI).- El 4 de agosto la Iglesia celebra a San Juan Bautista María Vianney o Cura de
Ars, por el nombre del pueblo en Francia donde sirvió por muchos años. Fue un
gran confesor, tenía el don de profecía, recibía ataques físicos del demonio y
vivió entregado a la mortificación y la oración. Es el patrono de los párrocos.
Este año se celebran los 200 años
de su ordenación sacerdotal que se realizó el 13 de agosto de 1815. Su gran
amor por la salvación de las almas lo llevaba a pasar muchas horas en el
confesionario donde arrebata varias almas al demonio.
Era desprendido de las cosas
materiales, al punto que dormía en el suelo de su cuarto porque regaló la cama.
Comía papas y de vez en cuando un huevo hervido. Solía decir que “el demonio no
le teme tanto a la disciplina y a las camisas de pelo; lo que realmente teme es
a la reducción de comida, bebida y sueño".
Una vez el demonio hizo temblar
su casa por 15 minutos, en otra ocasión quiso sacarlo de la Misa e
incendió su cama, pero el santo mandó a otras personas a apagar el fuego y él
no dejó el altar. Por horas el enemigo hacía ruidos para no dejar dormir al
santo, y hasta le gritaba debajo de la ventana: "Vianney, Vianney come
papas".
Una de las secuelas de la
revolución en Francia, fue la ignorancia religiosa. Para remediar esta
situación el Santo pasaba noches enteras en la pequeña sacristía componiendo y
memorizando sus sermones, pero al no tener muy buena memoria, le costaba
retener lo que escribía.
Instruía a los niños en el catecismo y
luchó para que la gente no trabajara o estuviera en las tabernas los domingos.
En una de sus homilías dijo que "la taberna es la tienda del demonio, el
mercado donde las almas se pierden, donde se rompe la armonía familiar”. Poco a
poco logró que la taberna se cierre y que gente se acercar a Dios.
Su popularidad fue creciendo y
llegaban miles de personas al pueblo de todas partes para confesarse con él.
Más adelante se concedió al pueblo el permiso de construir una Iglesia, lo que
garantizaría la permanencia del santo. Su tierno amor por la Virgen María llevó
a que consagre su parroquia a la Reina delCielo.
A las 2 a.m. del sábado 4 de
Agosto de 1859, el Santo cura de Ars partió a la Casa del Padre. Fue canonizado en la fiesta de
Pentecostés de 1925 por el Papa Pío XI.
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