Hoy es fiesta de la carmelita Santa Edith Stein, judía convertida y
víctima de los nazis
REDACCIÓN CENTRAL, 09 Ago. 15 / 01:35 am (ACI).- Santa Edith Stein nació en Breslau (1891), ciudad que
perteneció a Alemania y que luego pasó a Polonia. En la adolescencia dejó la
religión judía porque no encontraba en ella sentido a su vida.
Más adelante llegó a ser una
brillante estudiante de fenomenología en la Universidad de Gottiengen y el
filósofo Husserl la escogió antes que a Martín Heidegger (uno de los filósofos
más importantes del siglo XX) como asistente de cátedra. Finalmente Edith
recibió el título de Filosofía de la Universidad de Friburgo.
Por su alto sentido de
solidaridad se enlistó en la Cruz Roja
como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, destacando por su amabilidad,
servicio y dominio de sí misma.
En 1921 Edith decide acompañar a
una amiga que había quedado viuda y se quedó impactada al encontrarla con una
gran paz y fe en Dios. Es así que deseó conocer la fuente de estas gracias y
empezó a leer, en casa de la viuda, la biografía de Santa Teresa de Jesús.
Entró en un estado de crisis
profunda y a la vez de purificación hasta que meses después decide ser
bautizada. Busca la ayuda de un sacerdote y recibe el sacramento en 1922. Al
ser católica se siente más judía porque encuentra en Jesucristo el sentido de
toda su fe y vida.
Poco a poco va brotando la
inquietud vocacional en ella, mientras es acompañada por su director
espiritual. Ingresa a trabajar como maestra en la escuela de formación de
maestras de las dominicas de Santa Magdalena, dicta conferencias, traduce
libros, destaca profesionalmente y por momentos se escapa para encontrar paz en
la abadía benedictina de Beuron.
Las situaciones políticas en
Alemania empiezan a empeorar, pero Edith no se desanima e ingresa al Carmelo,
que había sido su sueño por muchos años, y dejando la fama. El 15 de abril de
1934 toma el hábito carmelitano y cambia su nombre a Teresa Benedicta de la
Cruz.
La situación para los judíos
empeora y Edith pide ser trasladada para evitar peligros a las religiosas del
lugar. Es enviada a una comunidad en Holanda junto con su hermana Rosa, quien
también se había convertido al cristianismo y servía como hermana lega.
Cuando se dan las deportaciones
de judíos, los luteranos, calvinistas y católicos acuerdan leer en con conjunto
un texto de protesta durante los servicios religiosos. Los nazis amenazan con
también deportar a los judíos conversos y sólo el Papa Pío XII se mantiene
firme.
Las fuerzas nazis de ocupación
declaran a todos los católicos - judíos como “apartidas”, un cuerpo militar
nazi ingresa al convento carmelita y se lleva a Edith con Rosa. Al salir, la
santa toma de la mano a su hermana y le dice: “Ven, vayamos, por nuestro
pueblo”.
Fueron llevadas al campo de
concentración de Westerbork y los prisioneros quedaban admirados del testimonio
de paz de Santa Edith, quien se preocupaba por ayudar y dar consuelo a los
demás aún en las duras condiciones de humillaciones y tormentos que vivían.
Son enviadas a Auschwitz, junto a
unos mil judíos, y llegan al campo de concentración el 9 de agosto de 1942.
Inmediatamente los prisioneros son conducidos a la cámara de gas y Santa Edith
parte a la Casa del Padre, ofreciendo su vida por la salvación de las almas, la
liberación de su pueblo y la conversión de Alemania.
Santa Edith Stein fue canonizada
por San Juan Pablo II en 1998, quien le dio el título de “mártir
por amor” y en octubre de 1999 fue declarada co-patrona de Europa.
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