EL QUINTO DIA
Su modestia y reverencia
en presencia de Dios
Francisco de Sales
estaba tan consciente de la Presencia de Dios que nuestra Venerable Madre le
preguntó un día, ‘Padre, tu estás siempre en Presencia de Dios?’ El contestó
gustoso, ‘Querida Madre, parece que tu piensas que es un privilegio tuyo
solamente el permanecer en Presencia de Dios, pero qué acaso El no está en
todas partes? Y qué acaso nosotros no debemos pensar en El siempre? Cuando yo
estoy ante el rey y otras grandes personalidades del mundo, yo nunca cambio mi
posición; donde quiera que yo este, en mi habitación, solo, o en sociedad, yo
me comporto exactamente igual por reverencia a la santa Presencia de Dios.’
Una hermana, una
portera, del Orden de la Visitación le dijo a él una vez: ‘Mi Señor, Cuando tu
pasas por las calles del pueblo siempre mantienes la mirada baja.’ El contestó:
‘Qué acaso no debemos hacer esto para poder caminar siempre en Presencia de
Dios y para mantenernos en ella?’
‘Yo no podía
contemplar su carga externa sin asombro y admiración,’ dijo nuestra santa Madre
de Chantal.
Un Ramillete Espiritual
Aún cuando los
ciegos no pueden ver a un príncipe ni cuando lo tienen al lado, ellos se
comportarán de manera respetuosa si se les informa de su presencia. (Vida
Devota, Parte I, cap. II.)
Debemos ser
modestos en todos los momentos de nuestra vida, porque los Ángeles santos están
siempre con nosotros; si, al igual que Dios Mismo, y ante Sus ojos debemos
comportarnos siempre con reverencia. (Conferencia sobre la Modestia.)
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