Papa Francisco pide a obispos de Filipinas
nuevos caminos para evangelizar Asia
El Papa Francisco en la Misa con los obispos y sacerdotes de Filipinas
MANILA, 15 Ene. 15 / 10:55 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco celebró este viernes una Misa con
los obispos y sacerdotes de Filipinas en la Catedral de la Inmaculada
Concepción, en Manila, donde los alentó a “preparar caminos nuevos para el
Evangelio en Asia”, combatir la desigualdad social, ser testigos creíbles del
Señor rechazando la mundanidad, y estar cerca de los jóvenes y las familias.
El
Santo Padre presidió la Misa luego del encuentro privado con el presidente
Benigno Aquino y el discurso a las autoridades del país.
En
su homilía, Francisco recordó el llamado de Cristo a los sacerdotes y obispos,
“¿me amas?...apacienta mis ovejas”, y la cercanía de la celebración de los 500
años de la evangelización de Filipinas. “Hoy ustedes continúan esa obra de
amor. Como ellos (sus obispos y sacerdotes predecesores), están llamados a
construir puentes, a apacentar las ovejas de Cristo, y preparar caminos nuevos
para el Evangelio en Asia, en los albores de una nueva era”, señaló.
Presentación de ofrendas. #PapaEnFilipinas viene celebrando Misa en Catedral de
Manila pic.twitter.com/JsPifQ9tjF
En
ese sentido, también recordó que los sacerdotes “estamos llamados a ser
‘embajadores de Cristo’” a través de su ministerio de la reconciliación.
“Proclamamos la Buena Nueva del amor infinito, de la misericordia y de la
compasión de Dios. Proclamamos la alegría del Evangelio”, afirmó.
“Ser
un embajador de Cristo significa” invitar a un renovado encuentro personal con
el Señor, “pero el Evangelio es también una llamada a la conversión, a examinar
nuestra conciencia, como individuos y como pueblo”, señaló.
En
ese sentido, indicó que “la Iglesia está llamada a reconocer y combatir las
causas de la desigualdad” que contradicen las enseñanzas de Cristo, pues cada
cristiano está llamado a vivir una vida honesta, íntegra e interesada el bien común.
“Como
embajadores de Cristo, nosotros, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas,
debemos ser los primeros en acoger en nuestros corazones su gracia
reconciliadora. San Pablo explica con claridad lo que esto significa: rechazar
perspectivas mundanas y ver todas las cosas de nuevo a la luz de Cristo; ser
los primeros en examinar nuestras conciencias, reconocer nuestras faltas y
pecados, y recorrer el camino de una conversión constante”, indicó.
En
ese sentido, recordó que los santos enseñan que el “encuentro diario con el
Señor en la oración” es la fuente “de todo el celo apostólico”.
Vivir
la novedad del Evangelio, “para todos nosotros, significa vivir de modo que se
refleje en nuestras vidas la pobreza de Cristo, cuya existencia entera se
centró en hacer la voluntad del Padre y en servir a los demás. El gran peligro,
por supuesto, es el materialismo que puede deslizarse en nuestras vidas y
comprometer el testimonio que ofrecemos. Sólo si llegamos a ser pobres, y
eliminamos nuestra complacencia, seremos capaces de identificarnos con los
últimos de nuestros hermanos y hermanas”.
Asimismo,
pidió a los seminaristas estar “cerca de los jóvenes que pueden estar
confundidos y desanimados, pero siguen viendo a la Iglesia como compañera en el
camino y una fuente de esperanza”.
#PapaEnFilipinas pidió a sacerdotes y religiosos estar cerca
de jóvenes que pueden estar confundidos y desanimados pic.twitter.com/kwzOSspVNh
“Proclamar
la belleza y la verdad del mensaje cristiano a una sociedad que está tentada
por una visión confusa de la sexualidad, el matrimonio y
la familia.
Como saben, estas realidades sufren cada vez más el ataque de fuerzas poderosas
que amenazan con desfigurar el plan de Dios sobre la creación y traicionan los
verdaderos valores que han inspirado y plasmado todo lo mejor de su cultura”,
exhortó.
Francisco
afirmó que los filipinos son conocidos “por su amor a Dios, su ferviente piedad
y su cálida devoción a Nuestra Señora y su rosario. Este gran patrimonio contiene un poderoso
potencial misionero”.
“Queridos
hermanos obispos, sacerdotes y religiosos: pido a María, Madre de la Iglesia,
que les conceda un celo desbordante que los lleve a gastarse con generosidad en
el servicio de nuestros hermanos y hermanas. Que de esta manera, el amor
reconciliador de Cristo penetre cada vez más profundamente en el tejido de la
sociedad filipina y, a través de él, hasta los confines de la tierra”,
concluyó.
Un
momento emotivo fue cuando el Papa, al momento del saludo de la paz, se bajó
del altar para acercarse a un grupo de religiosas discapacitadas y a un
sacerdote anciano, que se esforzó para ponerse de pie y con emoción recibir el
saludo del Santo Padre.
La
homilía completa se encuentra en https://www.aciprensa.com/noticias/texto-homilia-del-papa-francisco-en-la-misa-con-obispos-y-sacerdotes-de-filipinas-49969/
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