lunes, 5 de enero de 2015

Una apuesta a la periferia

La selección de los nuevos cardenales que acaba de hacer el Papa argentino revela el perfil geográfico y eclesiástico de Iglesia que quiere Francisco. Básicamente se resume en menos purpurados del primer mundo y más tercer mundo –o de países ajenos a la tradición católica–, más cercanos a las problemáticas sociales y, algunos, con una comunidad de fieles en clara minoría. En otras palabras, la selección fue una confirmación de su premisa a favor de una Iglesia con una mayor preocupación –y atención– por “las periferias geográficas y existenciales”.
En efecto: de los quince cardenales menores de 80 –o sea, que pueden participar de la elección del Papa– que se apresta a crear Francisco se cuentan tres de Asia (Vietnam, Myanmar, Tailandia); tres de América Latina (México, Panamá y Uruguay); dos de Africa (Etiopía y Cabo Verde) y dos de Oceanía (Nueva Zelanda e Islas de Tonga). Pero, como dijimos, no se trata solamente de una cuestión geográfica. 
Si se toma el caso de los latinoamericanos, se verá que el mexicano pertenece a uno de los estados más azotados por la violencia en ese país; que el panameño es un gran defensor de los derechos de los aborígenes, y que el uruguayo debe actuar en el país menos católico de la región.
A diferencia de los tiempos de Benedicto XVI, la cuestionada curia romana solo sumó un cardenal francés. Toda una señal. Aunque la señal más fuerte fue para la poderosa Iglesia italiana, primera minoría en el colegio cardenalicio: tendrá solo dos más, pero no de grandes diócesis. 
Pero Francisco no la tiene fácil por el lado de la curia romana y el Episcopado italiano. El afamado escritor católico Vittorio Messori, en un reciente artículo en el Corriere della Sera, lo consideró “un papa impredecible, tan impredecible que está perdiendo la confianza de algunos de los cardenales que fueron sus electores”. Pero Francisco, como lo prueba la selección de los nuevos cardenales, no se amilana. 


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