sábado, 20 de junio de 2015

ECOS DE LA PALABRA LECTURA DEL DOMINGO 21-06-2015






Lecturas de la Misa
Domingo 21 de Junio de 2015
XII Domingo Ordinario
Primera Lectura
Job 38:1, 8-11
1Yahveh repondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo:8¿Quién encerró el mar con doble puerta, cuando del seno materno salía borbotando;9cuando le puse una nube por vestido y del nubarrón hice sus pañales;10cuando le tracé sus linderos y coloqué puertas y cerrojos?11«¡Llegarás hasta aquí, no más allá - le dije -, aquí se romperá el orgullo de tus olas!»

Salmo Responsorial
Salmo 107:23-26, 28-31
23Los que a la mar se hicieron en sus naves, llevando su negocio por las muchas aguas,24vieron las obras de Yahveh, sus maravillas en el piélago.25Dijo, y suscitó un viento de borrasca, que entumeció las olas;26subiendo hasta los cielos, bajando hasta el abismo, bajo el peso del mal su alma se hundía;28Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los sacó de sus angustias;29a silencio redujo la borrasca, y las olas callaron.30Se alegraron de verlas amansarse, y él los llevó hasta el puerto deseado.31¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!

Segunda Lectura
II Corintios 5:14-17
14Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron.15Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.16Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así.17Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo.

Evangelio
Marcos 4:35-41
35Este día, al atardecer, les dice: «Pasemos a la otra orilla.»36Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él.37En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca.38El estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»39El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza.40Y les dijo: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»41Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?»


DÉCIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(21 de Junio de 2015)

“Cristo murió por todos nosotros para que vivamos, no por nosotros sino por él, quien murió y resucitó por nuestro beneficio. Es por eso que nuestras opiniones de los demás no deben basarse en juicios meramente humanos”.

Perspectiva Salesiana

San Francisco de Sales –el “doctor del amor”– tenía su propio punto de vista acerca de los juicios. Específicamente, él nos previno contra los juicios precipitados. Él dijo: "A menudo, el temor, la ambición y otras debilidades mentales similares generan sospecha y juicios precipitados" en lo que se refiere a nuestra percepción de otras personas
Y continuó: Las personas que están "ebrias de orgullo, de envidia, de ambición y de odio consideran que todo lo que ven es malo y reprochable. Para ser sanados… les digo, deben beber tanto como puedan del vino sagrado de la caridad. Los juicios precipitados son pecados derivados de una amargura espiritual que hace que todas las cosas parezcan malas a los ojos de quienes están infectados con ella”. 
Dicho de otra manera, los juicios dependen, en última instancia, del punto de vista –o del corazón– de quien los hace. “Si sus reflexiones son amables,” comentó Francisco, “sus opiniones también lo serán. Si sus afectos son caritativos, sus opiniones así mismo lo serán”. 
Obviamente, si nuestros afectos no son ni buenos ni caritativos juzgaremos a los demás de manera desagradable e insensible, en el mejor de los casos. Estos comportamientos no son compatibles con las personas que buscan ser “renovadas” en Cristo. 
Desafortunadamente, por experiencia propia sabemos que es demasiado fácil desperdiciar el tiempo juzgando la motivación y las intenciones de los demás. Como si esto no fuera lo suficientemente grave, pocas veces nos guardamos esas opiniones. A menudo compartimos nuestros juicios con otros y esto crea "malestar, desprecio por el prójimo, orgullo y autosatisfacción, y tiene muchos otros efectos negativos, principalmente la calumnia”. 
Quizás Francisco de Sales puso su dedo en a llaga y resumió esta falta cuando escribió que: “El sello distintivo de un alma improductiva es que se deleita escrudiñando las vidas de los demás”. La antigua costumbre de valorar a los demás basados en juicios meramente humanos ya no es relevante: ¿Qué estamos haciendo para que así sea? 
Además, en un día cualquiera, seguramente tendremos suficiente con examinar nuestras propias vidas, ¿o no? Entonces, ¿por qué desperdiciar nuestro tiempo diseccionando las vidas de otros sólo para divertirnos… y para deshonrarnos
El Padre Michael S. Murray, OSFS es el Director Principal del Centro Espiritual De Sales.




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