El Papa Francisco en el encuentro con
los ortodoxos esta mañana. Foto L'Osservatore Romano
VATICANO, 19 Jun. 15 / 01:22 pm (ACI).- “¡Cuánto dolor! ¡Cuántas víctimas inocentes! Frente
a todo ello parece que los poderosos de este mundo sean incapaces de encontrar
soluciones”, exclamó el Papa Francisco este viernes durante un encuentro con el
Patriarca siro-ortodoxo Mor Ignatius Aphremm III.
El
Santo Padre se refirió con estas palabras a la terrible persecución que
continúan sufriendo los cristianos en Oriente Medio, sobre todo en Siria e
Irak, por el autodenominado grupo terrorista Estado Islámico (ISIS).
El
Papa Francisco pidió oraciones por las víctimas y recordó que el testimonio de
los mártires y su sangre “es semilla de la unidad de la Iglesia e instrumento de edificación del reino de
Dios, que es reino de paz y justicia”.
El
Pontífice se dirigió al Patriarca afirmando que “la suya es una Iglesia de
mártires desde el principio y lo sigue siendo hoy en día, en Medio Oriente,
donde, junto con otras comunidades cristianas y de otras minorías, padece el
terrible sufrimiento causado por la guerra, la violencia y la persecución”.
“Recemos
juntos por las víctimas de esta violencia brutal y de todas las situaciones de
guerra en el mundo. Un recuerdo especial va al Metropolitano Mor Gregorios
Ibrahim y al metropolitano de la Iglesia Ortodoxa Griega Paul Yazigi,
secuestrados al mismo tiempo hace ya dos años”.
A
su vez, dirigió un recuerdo especial para “algunos sacerdotes y a muchas
personas, de diferentes grupos, privadas de su libertad”.
“Pidamos
al Señor la gracia de estar siempre dispuestos a perdonar y de ser artífices de
reconciliación y de paz. Esto es lo que anima el testimonio de los mártires. La
sangre de los mártires es semilla de la unidad de la Iglesia e instrumento de
edificación del reino de Dios, que es reino de paz y justicia”.
Francisco
reclamó que “en este momento de tensión y el dolor” se refuercen “aún más los
lazos de amistad y fraternidad entre la Iglesia católica y la Iglesia
sirio-ortodoxa”.
“Apresuremos
nuestros pasos en el camino común, manteniendo los ojos fijos en el día en que
podamos celebrar nuestra pertenencia a la única Iglesia de Cristo alrededor del
mismo altar de sacrificio y alabanza. Intercambiemos los tesoros de nuestras
tradiciones como dones espirituales, porque lo que nos une es muy superior a lo
que nos divide”.
Durante
el encuentro, hablaron también del primer encuentro de 1971 entre el Patriarca
Sirio-Ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente, Mor Ignatius Jacob III y el
beato Pablo VI. Algo que calificaron de “peregrinación santa” hacia la plena comunión
entre ambas Iglesias
Después
de la audiencia, el Papa y el Patriarca fueron juntos a rezar a la capilla
Redemptoris Mater.
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