Hoy celebramos al Beato Artemide Zatti, el
amigo del Papa Francisco
LIMA, 13 Nov. 14 / 12:02 am (ACI).- Hoy se celebra al Beato Artemide Zatti,
hermano salesiano que dedicó su vida a la atención de los enfermos en
Argentina. El entonces P. Bergoglio, hoy Papa Francisco, le pidió que
intercediera en el cielo por una gracia para los jesuitas que le fue concedida.
Artemide Zatti nació en Boretto, Italia, en 1880 en una familia granjera. A los nueve años ya
trabajaba para ayudar en casa. Obligados por la pobreza, los Zatti emigran a
Argentina para iniciar una nueva vida.
El pequeño Artemide empieza a frecuentar una parroquia salesiana y nace
su inquietud de ingresar a la Congregación fundada por San Juan Bosco. Más
adelante fue aceptado como aspirante salesiano y al cumplir veinte años se
integró a la Comunidad en Bernal.
Como salesiano coadjutor, se le confió el cuidado de un joven sacerdote
enfermo de tuberculosis y contrajo la enfermedad. Estando en el hospital de la
misión salesiana en Viedma, Artemide prometió a la Virgen María Auxiliadora que
si se curaba, dedicaría su vida al cuidado de los enfermos. Sus plegarias
fueron escuchadas.
Se recuperó y se ocupó de la farmacia del hospital. Posteriormente
asumió la responsabilidad total de la institución, sin descuidar sus
obligaciones en su comunidad. En bicicleta visitaba también a los enfermos de
la ciudad y por las noches estudiaba medicina para luego obtener su diploma de
enfermero.
A la enfermera solía decir: "Prepare un lecho para el Señor",
"¿Tienes sopa caliente y vestidos para un Jesús de 10 años?". Con su
alegría y bondad se ganó el cariño de todos. De él se decía que era “un ángel
que se hizo enfermero”.
Al caerse en la escalera, fue confinado a la cama y le detectaron
cáncer. Partió a la Casa del Padre en 1951 y fue beatificado por San Juan Pablo II en el año 2002.
La amistad espiritual con el Papa Francisco
El 18 de mayo de 1986, el entonces P. Jorge Mario Bergoglio escribió una
carta al salesiano sacerdote Bruno Cayetano para comentarle sobre su
experiencia que había tenido con Don Zatti “con quien me hice muy amigo”,
señaló.
En la misiva, el ahora Papa Francisco, relata cómo los jesuitas
argentinos, y toda la Compañía de Jesús, tenían pocos hermanos coadjutores. Es
en este contexto que conoce la vida de Artemide Zatti por medio de una
conversación en el Arzobispado de Salta y de la lectura de una biografía.
“Me llamó la atención su figura de coadjutor tan plena. De ahí en más
sentí que debía pedirle al Señor, por intercesión de ese gran coadjutor, nos
enviara vocaciones de coadjutores. Hice novenas y pedí a los novicios que las
hicieran”, contó el P. Jorge Bergoglio.
De esta manera, la cantidad y la calidad de las vocaciones de
coadjutores aumentó considerablemente.
“Estoy convencido de su intercesión en este asunto, puesto que por el
número es un caso raro en la Compañía. Como reconocimiento, en la 2da. y 3ra.
edición del Devocionario del Sagrado Corazón hemos puesto la Novena para pedir
por la Canonización de Don Zatti”, escribió el hoy Papa Francisco.
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