Papa Francisco explica la clave en la vida
de San Martín de Porres
ROMA, 03 Nov. 14 / 03:08 pm (ACI).-
Este
lunes, durante la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco
exhortó a los fieles a no dejarse seducir por la vanagloria ni fomentar las
rivalidades al interior de la Iglesia,
sino más bien actuar con espíritu de concordia y servicio a los demás, como San
Martín de Porres, el “humilde fraile dominico”.
“Su
espiritualidad estaba en el servicio, porque sentía que todos los otros,
incluso los más grandes pecadores, eran superiores a él. Lo sentía de verdad”,
afirmó Francisco al referirse al santo mulato de origen peruano cuya fiesta la
Iglesia celebra hoy.
San
Martín nació en Lima en 1579. Desde niño sintió predilección por los enfermos y
los pobres. Aprendió el oficio de barbero y algo de medicina. A los quince años
pidió ser admitido como “donado”, es decir, como terciario en el convento de
los Dominicos.
En
su servicio de enfermero no hacía diferencia entre pobres y ricos, aunque tuvo
que pasar por experiencias de incomprensión y envidia. En 1603 hizo su
profesión religiosa.
Con
ayuda de Dios, realizaba algunos milagros de curaciones instantáneas o en
ocasiones bastaba su presencia para que el enfermo desahuciado empezara a
recuperarse. Hay quienes lo vieron entrar y salir de recintos con las puertas
cerradas, mientras que otros aseguraron haberlo visto en dos lugares distintos
a la misma vez.
San
Martín de Porres vivió en la misma época de Santa Rosa de Lima. Además era
amigo de San Juan Macías y fue confirmado por Santo Toribio de Mogrovejo.
Era
tanto el cariño y admiración que le tenían al humilde Fray Martín que hasta el
Virrey de aquel entonces fue a visitarlo en su lecho de muerte para besar su
mano. Partió a la Casa del Padre un 3 de noviembre de 1639, besando el
crucifijo con gran alegría.
San
Martín es recordado con la escoba, que es símbolo de su humilde servicio. Por
ello, San Juan XXIII al canonizarlo en 1962 dijo: “Ojalá que el ejemplo de
Martín enseñe a muchos la dulzura y felicidad que se encuentra en el
seguimiento de Jesucristo y en la sumisión a sus divinos mandatos”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario