Dios es un Dios de sorpresas, dice el Papa
Francisco
ROMA, 13 Oct. 14 / 04:51 pm (ACI).- Durante la Misa matutina celebrada este lunes en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco
invitó a los fieles a abrirse a las sorpresas de Dios y no cerrarse ante los
signos de los tiempos.
En su homilía, el Santo Padre comentó las palabras de Jesús a los
doctores de la ley que le piden un signo, y los define “generación malvada”. El
Papa partió de este pasaje del Evangelio para detenerse sobre el tema de las
“sorpresas de Dios”. Y observó que tantas veces estos doctores piden signos a
Jesús, y Él les responde que no son capaces de “ver los signos de los tiempos”.
“Porque estos doctores de la ley no entendían los signos del tiempo y
pedían un signo extraordinario (Jesús se los dijo después). ¿Por qué no
entendían? Ante todo porque estaban cerrados. Estaban encerrados en su sistema,
habían ordenado la ley muy bien, una obra de arte. Todos los hebreos sabían qué
cosa se podía hacer, y qué cosa no se podía hacer, hasta dónde se podía ir.
Estaba todo organizado. Y ellos estaban seguros allí”.
Para ellos lo que hacía Jesús eran “cosas extrañas”, como “ir con los
pecadores, comer con los publicanos”. Porque a ellos “no les gustaba, era
peligroso; estaba en peligro la doctrina, esa doctrina de la ley, que ellos”,
los “teólogos, habían hecho a lo largo de los siglos”.
Francisco reconoció que “lo habían hecho por amor, para ser fieles a
Dios”, pero “estaban encerrados allí”. “Sencillamente habían olvidado la
historia. Se habían olvidado que Dios es el Dios de la ley, pero que también es
el Dios de las sorpresas”. Por otra parte, señaló, “también a su pueblo Dios le
ha reservado sorpresas tantas veces”, como cuando los ha salvado “de la
esclavitud de Egipto”.
“Ellos no entendían que Dios es el Dios de las sorpresas, que Dios es
siempre nuevo; que jamás reniega de sí mismo, que jamás dice que lo que había
dicho era incorrecto. Jamás. Pero nos sorprende siempre. Y ellos no entendían y
se encerraban en aquel sistema hecho con tanta buena voluntad, y pedían a
Jesús: ‘¡Pero danos una señal!’. Y no entendían los tantos signos que Jesús
hacía y que indicaban que el tiempo estaba maduro. ¡Cerrazón! Segundo, habían
olvidado que ellos eran un pueblo en camino. ¡En camino! Y cuando nos
encaminamos, cuando uno están en camino, siempre encuentra cosas nuevas, cosas
que no conocía”, explicó.
El Papa añadió que “un camino no es absoluto en sí mismo”, es el camino
hacia “la manifestación definitiva del Señor. La vida es un camino hacia la plenitud de Jesucristo, cuando vendrá por segunda
vez”.
Esta generación “busca un signo”, pero el Señor dice que “no le será
dado ningún signo, sino el signo de Jonás”, o sea “el signo de la Resurrección,
de la Gloria, de aquella escatología hacia la cual estamos en camino”.
Sin embargo, estos doctores “estaban encerrados en sí mismos, no estaban
abiertos al Dios de las sorpresas, no conocían el camino y ni siquiera esta
escatología”. De este modo, cuando en el Sanedrín Jesús afirma que es el Hijo
de Dios, “se arrancan las vestiduras”, se escandalizaron diciendo que había
blasfemado. “El signo que Jesús les da a ellos – afirmó – era una blasfemia”. Y
por este motivo “Jesús dice: generación malvada”.
El Papa observó asimismo que éstos “no habían entendido que la ley que
ellos custodian y amaban” era una pedagogía hacia Jesucristo. “Si la ley no
lleva a Jesucristo, no nos acerca a Jesús, está muerta. Y por esta razón Jesús
les recrimina que están cerrados, que no son capaces de reconocer los signos de
los tiempos, que no son capaces de estar abiertos al Dios de las sorpresas”.
Francisco dijo que “esto debe hacernos pensar: yo estoy apegado a mis
cosas, a mis ideas, ¿cerrado? ¿O estoy abierto al Dios de las sorpresas? ¿Soy
una persona detenida o una persona que camina? ¿Yo creo en Jesucristo? ¿En
Jesús, en lo que ha dicho: que ha muerto, resucitado y terminada la historia?
¿Credo que el camino va adelante hacia la madurez, hacia la manifestación de la
gloria del Señor? ¿Soy capaz de comprender los signos de los tiempos y ser fiel
a la voz del Señor que se manifiesta en ellos? Podemos hacernos hoy estas
preguntas y pedir al Señor un corazón que ame la ley, porque la ley es de Dios;
que ame también las sorpresas de Dios y que sepa que esta ley santa non tiene
un fin en sí misma”.
Está “en camino” –reafirmó– es una pedagogía “que nos lleva a
Jesucristo, al encuentro definitivo, donde se producirá este gran signo del
Hijo del hombre”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario