Sako I: La carta del Papa es oráculo y fuente de coraje y esperanza
Patriarca Caldeo Louis Sako
Erbil
(Irak) (AICA): Viernes 26 Dic 2014 | 10:34 am “Una carta
muy bella, muy conmovedora, en la cual se siente el profundo sufrimiento pero,
al mismo tiempo, la cercanía” con el pueblo de Irak, con los prófugos
cristianos que celebrarán esta noche la Navidad bajo las tiendas”, expresó el
patriarca caldeo Louis Raphael I Sako, comentando a Asianews la Carta del
Pontífice a los cristianos de Medio Oriente, publicada en ocasión de la
Navidad. A través de sus palabras, agrega su Beatitud, “siento en lo profundo
que él realiza su título de jefe de la Iglesia y de padre; una mente que sufre
y piensa, pero también un padre que nutre sentimientos muy nobles, profundos y
espirituales, que infunde coraje y esperanza”.
“Una carta muy bella, muy conmovedora, en la
cual se siente el profundo sufrimiento pero, al mismo tiempo, la cercanía” con
el pueblo de Irak, con los prófugos cristianos que celebrarán esta noche la
Navidad bajo las tiendas”, expresó el patriarca caldeo Louis Raphael I Sako,
comentando a Asianews la Carta del Pontífice a los cristianos de Medio Oriente,
publicada en ocasión de la Navidad.
A través de sus palabras, agrega su Beatitud, “siento en lo profundo que él realiza su título de jefe de la Iglesia y de padre; una mente que sufre y piensa, pero también un padre que nutre sentimientos muy nobles, profundos y espirituales, que infunde coraje y esperanza”.
El papa Francisco publicó una larga carta dirigida a los cristianos de Medio Oriente, en la cual subraya que el sufrimiento de los cristianos y de otros grupos religiosos y étnicos “clama hacia Dios”. Persecuciones y sufrimientos, explica el Papa, exigen “una toma de posición clara y llena de coraje por parte de todos los responsables religiosos”, también musulmanes, que la condene “en modo unánime y sin ambigüedades”. El Santo Padre expresó también cercanía a cuántos sufren y da coraje al “testimonio que ellos dan”, también en la manifestación “del ecumenismo de la sangre”.
El patriarca Sako I explicó que leyó la misiva “durante el vuelo de Bagdad a Erbil e “inmediatamente sentí que era un oráculo. Era la voz de un profeta, como Ezequiel o Jeremías -agrega- eran palabras de un Papa que habla desde su corazón. Cada palabra tiene un sentido, “es un oráculo de Francisco para los cristianos de Oriente”, subrayó.
El patriarca caldeo celebró la solemne misa de medianoche en una tienda en los campos de prófugos de Erbil, capital del Kurdistán iraquí. La celebración eucarística fue transmitida por varias repetidoras para todo Medio Oriente. “Se vive una atmósfera de espera, de alegría y de gran felicidad”, expresó el Patriarca.
“El Papa no está presente físicamente -continúa su Beatitud- pero su cercanía espiritual es aún más fuerte que la distancia física. La suya es una presencia que se siente, que llama la atención, como es evidente en el estilo utilizado en la carta: directo, bíblico, con numerosas citas, es un texto global, completo, lo que refleja el fondo de nuestra condición, pero al mismo tiempo se convierte en una fuente de valor y esperanza”.
Las palabras de Francisco, explica Mons. Sako, son como “muchas llamadas cortas, son destellos de luz que ayudan a abrir los ojos, que nos guían y nos animan a participar con un espíritu y un corazón nuevo”. “Es una carta ecuménica –añadió- que se dirige a todos, católicos, ortodoxos, y también a los musulmanes, para ser más valientes” en el diálogo y la condena de la violencia perpetrada por el Estado Islámico y otras organizaciones fundamentalistas islámicas.
El Papa también reclama el interés de los políticos, que “deben cumplir con su deber y sus compromisos”, para que todo el mundo pueda “vivir en paz y alegría”. “Nos sentimos honrados y bendecidos por el Papa -concluyó Sako I- un hombre tan cercano y brillante, con un gran corazón. Él está fuera de las categorías que solemos utilizar en la Iglesia. Ella es para todos, como fue Jesús para todos, y esto es propio de la naturaleza de ser un pastor”.+
A través de sus palabras, agrega su Beatitud, “siento en lo profundo que él realiza su título de jefe de la Iglesia y de padre; una mente que sufre y piensa, pero también un padre que nutre sentimientos muy nobles, profundos y espirituales, que infunde coraje y esperanza”.
El papa Francisco publicó una larga carta dirigida a los cristianos de Medio Oriente, en la cual subraya que el sufrimiento de los cristianos y de otros grupos religiosos y étnicos “clama hacia Dios”. Persecuciones y sufrimientos, explica el Papa, exigen “una toma de posición clara y llena de coraje por parte de todos los responsables religiosos”, también musulmanes, que la condene “en modo unánime y sin ambigüedades”. El Santo Padre expresó también cercanía a cuántos sufren y da coraje al “testimonio que ellos dan”, también en la manifestación “del ecumenismo de la sangre”.
El patriarca Sako I explicó que leyó la misiva “durante el vuelo de Bagdad a Erbil e “inmediatamente sentí que era un oráculo. Era la voz de un profeta, como Ezequiel o Jeremías -agrega- eran palabras de un Papa que habla desde su corazón. Cada palabra tiene un sentido, “es un oráculo de Francisco para los cristianos de Oriente”, subrayó.
El patriarca caldeo celebró la solemne misa de medianoche en una tienda en los campos de prófugos de Erbil, capital del Kurdistán iraquí. La celebración eucarística fue transmitida por varias repetidoras para todo Medio Oriente. “Se vive una atmósfera de espera, de alegría y de gran felicidad”, expresó el Patriarca.
“El Papa no está presente físicamente -continúa su Beatitud- pero su cercanía espiritual es aún más fuerte que la distancia física. La suya es una presencia que se siente, que llama la atención, como es evidente en el estilo utilizado en la carta: directo, bíblico, con numerosas citas, es un texto global, completo, lo que refleja el fondo de nuestra condición, pero al mismo tiempo se convierte en una fuente de valor y esperanza”.
Las palabras de Francisco, explica Mons. Sako, son como “muchas llamadas cortas, son destellos de luz que ayudan a abrir los ojos, que nos guían y nos animan a participar con un espíritu y un corazón nuevo”. “Es una carta ecuménica –añadió- que se dirige a todos, católicos, ortodoxos, y también a los musulmanes, para ser más valientes” en el diálogo y la condena de la violencia perpetrada por el Estado Islámico y otras organizaciones fundamentalistas islámicas.
El Papa también reclama el interés de los políticos, que “deben cumplir con su deber y sus compromisos”, para que todo el mundo pueda “vivir en paz y alegría”. “Nos sentimos honrados y bendecidos por el Papa -concluyó Sako I- un hombre tan cercano y brillante, con un gran corazón. Él está fuera de las categorías que solemos utilizar en la Iglesia. Ella es para todos, como fue Jesús para todos, y esto es propio de la naturaleza de ser un pastor”.+
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