Papa Francisco: No al consumismo en Navidad
El Papa Francisco saluda a los niños en la visita a la parroquia de Roma
ayer por la tarde (Foto L'Osservatore Romano)
VATICANO, 15 Dic. 14 / 10:49 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa
Francisco ha vuelto a acudir a la periferia, esta vez de Roma. En la tarde del
domingo realizó su octava visita a una de las parroquias de la capital. Se
trató de la parroquia de San José en el Aurelio, un barrio popular de
Primavalle. Llegó alrededor de las 16 horas y se encontró con
varios grupos de personas, confesó a varios fieles y celebró la
eucaristía.
Durante
la homilía de la Misa que
celebró en el tercer domingo de Adviento,
el domingo de gaudete o de la alegría, el Pontífice denunció con energía que el
consumismo en Navidad no
es la verdadera alegría: “no a la alegría del consumismo que nos lleva al 24 de
diciembre a todos con ansiedad, porque pensamos: 'Ah, me falta esto....'. “No,
esta no es la gloria de Dios”.
Para
el Papa "la alegría de la Navidad es una alegría especial que no es sólo
para el día de Navidad, es para toda la vida del cristiano. Es una alegría serena,
tranquila, una alegría que acompaña siempre al cristiano. Incluso en los
momentos difíciles, de dificultad, esta alegría se convierte en paz. El
cristiano no pierde nunca la paz, cuando es un verdadero cristiano, incluso en
los sufrimientos. Esa paz es un don del Señor''.
Habló
también de cómo se encuentra la alegría en la vida cristiana: “La encontramos
en la oración y en dar las gracias a Dios” y alertó contra la gente que siempre
se está lamentando.
Uno
de los grupos con los que se encontró primero fue el de niños recién bautizados
y a sus padres. después de revelar que fue bautizado un 25 de diciembre, justo
ocho días después de haber nacido, como era la costumbre en aquellos años,
Francisco pidió a todos que rezasen por él porque le hace mucha falta.
''Quiero
deciros algo: Los niños lloran, hacen ruido, van de un sitio a otro... Y a mi
me da mucha rabia cuando en la iglesia un niño llora y la gente quiere que salga.
¡No!. Es el mejor sermón. El llanto de un niño es la voz de Dios. ¡Nunca,
nunca, hay que echarlos de la Iglesia!'”, dijo el Santo Padre como ya ha
señalado en anteriores ocasiones.
''Un
niño dice siempre una palabra de esperanza con su ser...Es una semilla de
futuro...Y vosotros, padres, decid a Dios: ''Custodia a mi niño, a mi niña para
el futuro. En el niño, en la niña. Están nuestras esperanzas. Nosotros les
damos una antorcha de fe, de vida y ellos se la pasarán a sus hijos, a sus
nietos… Así es la vida... Y con el Bautismo, vosotros les habéis dado la fe
mediante el sacramento y ellos harán lo mismo con sus hijos...Así se transmite
la fe desde el tiempo de Jesús hasta hoy; como una cadena que pasa a través de
los padres... Es una gran responsabilidad. No os olvidéis nunca del día de
vuestro bautismo''.
El
Pontífice habló con los niños que se preparan para la Primera Comunión y les
contó cómo había sido la suya, el 8 de octubre de 1944. '”Me acuerdo como si
fuera hoy -dijo-... Me preparó durante un año una monja muy buena... y dos
catequistas...En aquellos tiempos antes de la Misa no se podía tomar ni
siquiera agua, ni siquiera una gota de agua... Fue Pío XII el que nos salvó de
esta dictadura... ¡Qué bien!”
“Después
entrábamos todos con las manos juntas en la iglesia cantando... Y después por
la tarde volvimos a la Iglesia para la Confirmación, el mismo día. No me olvido
nunca…Y ustedes que harán la Primera Comunión, acuérdense siempre de ese día;
de la primera vez que Jesús vino a nosotros. El viene, se hace uno como
nosotros, se hace nuestro alimento, nos nutre para darnos fuerza... No os
olvidéis nunca de esa fecha y cada año, en el aniversario, id a confesaros y a
comulgar. ¿De acuerdo?''.
Después
de los niños, el Papa se reunió con un grupo de familias en dificultades que
viven en una residencia cercana y forman parte de un programa de ayuda de la
Comunidad de San Egidio. A ellos les pidió que no perdieran la esperanza
“porque la esperanza no defrauda: nos la da el Señor. Y el Señor antes o
después nos espera, siempre''.
Los
enfermos fueron también protagonistas del encuentro con el Santo Padre. ''Hace
mucho bien a la Iglesia- afirmó- Vosotros riegan constantemente la Iglesia con
vuestra vida, con vuestros sufrimientos y con vuestra paciencia. Gracias, de
verdad. La Iglesia sin enfermos no saldría adelante. Son la fuerza en la
Iglesia, fuerza verdadera”.
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