Papa Francisco: Gasten en educación, no en
armas nucleares
VATICANO, 09 Dic. 14 / 03:21 pm (ACI).- La paz debe construirse sobre la justicia y el desarrollo de los pueblos y no sobre la amenaza nuclear, señaló el Papa Francisco en el discurso con ocasión a la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, en el que criticó que se dilapide las riquezas de las naciones en detrimento de la educación, la salud y la lucha contra la pobreza.
El
mensaje estuvo dirigido al ministro federal para Europa, la Integración y los
Asuntos Exteriores de Austria, Sebastian Kurz, anfitrión del evento que culmina
este martes.
En
su mensaje, el Papa recordó que “las consecuencias humanitarias de las armas
nucleares son predecibles y planetarias. Y mientras a menudo nos centramos en
el potencial de las armas nucleares en los asesinatos en masa, habría que
prestar más atención a los ‘sufrimiento innecesarios’ causado por su utilización”.
“Los
códigos militares y el derecho internacional, entre otros, condenan desde hace
tiempo a las personas que infligen sufrimientos innecesarios. Si esos
sufrimientos se condenan durante una guerra convencional, tendrían que
condenarse todavía más en el caso de una guerra nuclear. Hay algunos entre
nosotros que han sido víctimas de este tipo de armas y nos advierten para no
cometer los mismos errores irreparables que devastaron a los pueblos y a la
creación”, señaló.
“La
disuasión nuclear y la amenaza de destrucción mutua asegurada –advirtió–, no
pueden ser la base de una ética de la fraternidad y la convivencia pacífica
entre los pueblos y los Estados... El tiempo de contrarrestar la lógica del
miedo con la ética de la responsabilidad es ahora, para promover un clima de
confianza y diálogo sincero”.
En
ese sentido, dijo que “gastar en armas nucleares dilapida la riqueza de las
naciones. Dar prioridad a este tipo de gastos es un error y un derroche de
recursos que sería mucho mejor invertir en los sectores del desarrollo humano
integral, la educación, la salud y la lucha contra la pobreza extrema. Cuando
se despilfarran estos recursos, los pobres y los débiles que viven en los
márgenes de la sociedad pagan el precio”.
Francisco
recordó que “el deseo de paz, de seguridad y estabilidad es uno de los deseos
más profundos del corazón humano, porque está arraigado en el Creador, que hace
miembros de la familia humana a todos los pueblos. Esta aspiración no
puede ser satisfecha sólo por medios militares, y menos aún por la posesión de
armas nucleares y otras armas de destrucción masiva”.
“La
paz –señaló–, debe construirse sobre la justicia, sobre el desarrollo
socio-económico, la libertad, el respeto de los derechos humanos fundamentales,
en la participación de todos en los asuntos públicos y en la construcción de la
confianza entre los pueblos”.
“El
Papa Pablo VI resumió todo esto en su encíclica Populorum progressio: ‘El
desarrollo es el nuevo nombre de la paz’. Tenemos la responsabilidad de
emprender acciones concretas que promuevan la paz y la seguridad, estando
siempre atentos al límite que suponen los enfoques a corto plazo de los
problemas de seguridad nacional e internacional”, indicó.
Por
ello, alentó a los asistentes a establecer “un diálogo sincero y abierto entre
las partes que están dentro de cada Estado que tiene armas nucleares, entre los
varios Estados que tienen armas nucleares, y entre éstos y los Estados
desprovistos de armas nucleares”.
“Este
diálogo debe ser inclusivo, involucrando a las organizaciones internacionales,
a las comunidades religiosas y a la sociedad civil; debe estar orientado hacia
el bien común y no a la protección de los intereses especiales”.
“‘Un
mundo sin armas nucleares’ es un objetivo compartido por todas las naciones
-del que se han hecho portavoces los líderes mundiales- así como la aspiración
de millones de hombres y mujeres. El futuro y la supervivencia de la familia
humana se centran en ir más allá de este objetivo y en asegurar que se
convierta en una realidad”, señaló.
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