Los tres consejos del Papa Francisco para
quienes buscan a Dios
Por Alvaro de Juana
Papa Francisco. Foto: L'Osservatore Romano.
VATICANO, 22 Mar. 15 / 09:29 am (ACI/EWTN Noticias).- Después de la visita de un día al Santuario de Pompeya y
a la ciudad de Nápoles, el Papa Francisco retomó su agenda habitual y se asomó
al medio día de este domingo por la ventana del Apartamento Pontificio para el
rezo del Ángelus, en el quinto Domingo de Cuaresma.
A
pesar de la lluvia en Roma, miles las personas acudieron hasta la Plaza de San
Pedro para escuchar al Santo Padre.
El
Papa ofreció tres consejos para aquellos que “quieren ver a Jesús” y a todos
los que “están buscando el rostro de Dios”. También a “quien ha recibido unacatequesis de
pequeño y después no ha profundizado más y a muchos que nos han encontrado
todavía a Jesús personalmente”: el Evangelio, el crucifijo y el testimonio de
nuestra fe, pobre, pero sincera”.
“En
el Evangelio podemos encontrar a Jesús, escucharlo, conocerlo. El Crucifijo es
signo del amor de Jesús que se ha dado a sí mismo por nosotros. Y después, una
fe que se traduce en gestos simples de caridad fraterna”.
Francisco
habló del Evangelio de la liturgia del día, en la que el evangelista San Juan
relata cómo algunos griegos, judíos, se dirigen al apóstol Felipe pidiéndole
ver a Jesús.
Pero
en este escenario también se encontraban los sumos sacerdotes, que
consideraban a Jesús “herético y peligroso”, por lo que querían eliminarlo.
“Existen
también personas, como aquellos griegos, que tienen curiosidad por verlo y por
saber más sobre su persona y sobre las obras que Él realiza, la última de las
cuales –la resurrección de Lázaro- produce muchas sensaciones”, dijo.
El
deseo de “querer ver a Jesús” expresa “algo universal, revela un deseo que
atraviesa las épocas y las culturas, un deseo presente en el corazón de muchas
personas que han escuchado hablar de Cristo, pero no lo han encontrado
todavía”.
El
Papa explicó que Jesús responde de manera profética: “Se acerca la hora en la
que el Hijo del hombre será glorificado”. “¡Es la hora de la Cruz!”,
exclamó.
“Es
la hora de la derrota de Satanás, príncipe del mal, y del triunfo definitivo
del amor misericordioso de Dios”.
El
Santo Padre subrayó que Cristo será “elevado” porqué sería crucificado y
“exaltado” por el Padre en la Resurrección, para atraer a todos a sí y
reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos”.
“La
hora de la Cruz, la más oscura de la historia, y también la fuente de salvación
para cuantos creen en Él”.
Sobre
las palabras de Jesús del grano que cae en la tierra y muere, Francisco dijo
que “encontramos otro aspecto de la Cruz de Cristo: el de la fecundidad. La
muerte de Jesús, en efecto, es “una fuente inagotable de vida nueva que lleva en sí misma la fuerza
regeneradora del amor de Dios”.
Así,
“los cristianos pueden convertirse en estos pequeños granos “y llevar mucho
fruto, como Jesús, que perdió su vida por amor a Dios y a los hermanos”.
Tras
rezar el Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos llegados de diferentes lugares
del mundo y recordó que en este día se celebra la Jornada Mundial del Agua,
promovida por la ONU.
“El
agua es el elemento más esencial para la vida, y de nuestra capacidad de
cuidarlo y compartirlo depende el futuro de la humanidad. Animo por tanto a la
Comunidad internacional a vigilar para que el agua del planeta sean
adecuadamente protegidas y nadie sea excluido o discriminado en el uso de este
bien, que es un bien común por excelencia”.
El
Papa recordó a San Francisco de Asís e invitó a decir como él en el
Cántico del Hermano Sol: “Loado seas, mi Señor, por la hermana Agua, la cual es
muy útil y humilde y preciosa y casta”.
Después
de rezar, mandó un saludo especial para los participantes de la maratón de Roma
que se estaba desarrollando en ese momento. Además, mandó un saludo a los
napolitanos por la acogida que le dieron el día anterior. “Ayer estuve en
Nápoles en visita pastoral, quiero agradecer la calurosa acogida de todos los
napolitanos, ¡muchas gracias!”, dijo.
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