Lecturas de la Misa
Domingo
15 de Marzo de 2015
IV Domingo
de Cuaresma
Primera Lectura
II Crónicas 36:14-17, 19-23
14Del mismo modo, todos los jefes de los
sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según todas las
costumbres abominables de las gentes, y mancharon la Casa de Yahveh, que él se
había consagrado en Jerusalén.15Yahveh, el Dios de sus padres, les envió
desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión
de su pueblo y de su Morada.16Pero ellos se burlaron de los mensajeros
de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que
subió la ira de Yahveh contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio.17Entonces
hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a los mejores
en la Casa de su santuario, sin perdonar a joven ni a doncella, a viejo ni a
canoso; a todos los entregó Dios en su mano.19Incendiaron la Casa de
Dios y derribaron las murallas de Jerusalén: pegaron fuego a todos sus palacios
y destruyeron todos sus objetos preciosos.20Y a los que escaparon de la
espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos de él y de sus
hijos hasta el advenimiento del reino de los persas;21para que se
cumpliese la palabra de Yahveh, por boca de Jeremías: «Hasta que el país haya
pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se
cumplan los setenta años.»22En el año primero de Ciro, rey de Persia, en
cumplimiento de la palabra de Yahveh, por boca de Jeremías, movió Yahveh el
espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en
todo su reino:23«Así habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios de los
cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. El me ha encargado que le
edifique una Casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a
su pueblo, ¡sea su Dios con él y suba!»
Salmo Responsorial
Salmo 137:1-6
1A orillas de los ríos de Babilonia
estábamos sentados y llorábamos, acordándonos de Sión;2en los álamos de
la orilla teníamos colgadas nuestras cítaras.3Allí nos pidieron nuestros
deportadores cánticos, nuestros raptores alegría: «¡Cantad para nosotros un
cantar de Sión!»4¿Cómo podríamos cantar un canto de Yahveh en una tierra
extraña?5¡Jerusalén, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra!6¡Mi
lengua se me pegue al paladar si de ti no me acuerdo, si no alzo a Jerusalén al
colmo de mi gozo!
Segunda Lectura
Efesios 2:4-10
4Pero Dios, rico en misericordia, por el
grande amor con que nos amo,5estando muertos a causa de nuestros
delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados -6y
con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,7a
fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia,
por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.8Pues habéis sido
salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es
un don de Dios;9tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe.10En
efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas
obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos.
Evangelio
Juan 3:14-21
14Y como Moisés levantó la serpiente en
el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,15para que
todo el que crea tenga por él vida eterna.16Porque tanto amó Dios al
mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino
que tenga vida eterna.17Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.18El que
creee en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha
creído en el Nombre del Hijo único de Dios.19Y el juicio está en que
vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas.20Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no
va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.21Pero el que obra la
verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas
según Dios.»
CUARTO DOMINGO EN TIEMPO ORDINARIO
(Marzo 15, 2015)
“Dios es rico en
misericordia… que es manifestada a nosotros a través de Jesucristo”.
“Nosotros realmente somos obras de Dios, creadas en Jesucristo para llevar una vida de buenas obras que Dios ha preparado para nosotros desde el principio de los tiempos”.
Perspectiva Salesiana
“Nosotros realmente somos obras de Dios, creadas en Jesucristo para llevar una vida de buenas obras que Dios ha preparado para nosotros desde el principio de los tiempos”.
Perspectiva Salesiana
La Cuaresma es un tiempo para celebrar la
misericordia, la generosidad y la bondad de Dios.
Ciertamente escuchamos un eco de la carta de Pablo
a los Efesios en las observaciones hechas por San Francisco de Sales en su
Tratado del Amor de Dios (II, 5) cuando escribe: “Quién puede ahora dudar de
los abundantes medios que tenemos a nuestra disposición para alcanzar la
salvación gracias a nuestro Salvador, en cuya imagen hemos sido hechos y por
cuyos mérito hemos sido salvados?”
Francisco añade: “Verdaderamente, el pecado de Adán estuvo lejos de abrumar la generosidad de Dios, por el contrario, el pecado de Adán intensificó la generosidad de Dios y la sacó a relucir en todo su esplendor!”
Francisco añade: “Verdaderamente, el pecado de Adán estuvo lejos de abrumar la generosidad de Dios, por el contrario, el pecado de Adán intensificó la generosidad de Dios y la sacó a relucir en todo su esplendor!”
La Cuaresma nos llama a proclamar esta verdad: Asi
como Dios nos amo al crearnos, nos amo aun más al redimirnos! Como San
Francisco de Sales proclamo, “El estado de redención es cien veces mejor que el
estado de inocencia”.
La Cuaresma nos llama a proclamar la verdad de que
ante la generosidad de Dios todos somos muy frecuentemente mezquinos,
intransigentes, poco caritativos. Esto es demostrado de forma muy poderosa
cuando pecamos. Irónicamente, es sólo cuando aceptamos la generosidad de Dios
que somos realmente capaces de arrepentirnos de nuestros afectos, actitudes y
actos pecaminosos. Francisco de Sales nos pregunta: “Acaso no saben que la
bondad de Dios debería llevarlos al arrepentimiento?”
La Cuaresma nos llama a “llevar una vida de buenas
obras”. El arrepentimiento no es solamente abstenernos del pecado; el
arrepentimiento significa también acoger la virtud, hacer lo que Dios nos manda
y nos aconseja hacer “diligentemente, frecuentemente y prontamente con
entusiasmo y alegría”. (Introducción a la Vida Devota, Parte I, Capítulo
1)
En lo que queda de esta temporada dediquémonos a la
gratitud. Agradezcan la misericordia, la generosidad y la bondad de Dios para
con ustedes: acepten la salvación que Cristo ha obtenido para ustedes! Aléjense
de esos pecados que les impiden experimentar y aceptar la generosidad en sus
vidas. Den testimonio de la gentileza de Dios y de su arrepentimiento siendo
misericordiosos, generosos y gentiles en sus relaciones con los demás. Si lo
hacen se convertirán mas convincentemente, en “obras de Dios, creadas en
Cristo, para llevar una vida de buenas obras” que Dios preparo para ustedes –
si, ustedes- desde la creación del mundo!
El Padre Michael S. Murray, OSFS es el
Director Principal del Centro Espiritual De Sales.
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