Papa Francisco: La alegría del Evangelio y
no una “doctrina fría” es la piedra angular de la fe
Por Alvaro de Juana
VATICANO, 26 Mar. 15 / 10:51 am (ACI).- La Misa matutina
que celebró el Papa Francisco este jueves en la Residencia Santa Marta fue la
última hasta el próximo 13 de abril, ya que el Santo Padre se ocupará estos
días de las celebraciones propias de la Semana Santa.
En
su homilía, volvió a recordar que un cristiano no puede estar triste puesto que
la fe y la esperanza de encontrar a Jesús le da la alegría. Por eso aseguró que
“la alegría de la fe, la alegría del Evangelio es la piedra
angular de la fe de una persona. Sin alegría aquella persona no es un verdadero
creyente” y esa alegría no la proporciona una “doctrina fría” basada sólo en
leyes y preceptos.
Esta
idea la pronunció al comentar las lecturas del día, en la que Dios promete a
Abraham que será padre de una muchedumbre de pueblos. A pesar de que Abraham y
su esposa Sara son ancianos, abre “el corazón a la esperanza” y se siente
“lleno de consolación”. Francisco recordó cómo Jesús les dice a los Doctores de
la ley que Abraham “exultó de esperanza” y “se sintió lleno de alegría”.
“Y
esto es lo que no entendían estos Doctores de la ley. No comprendían la
alegría de la promesa; no entendían la alegría de la esperanza; no comprendían
la alegría de la alianza. ¡No entendían! No sabían regocijarse, porque habían
perdido el sentido de la alegría, que sólo viene de la fe”, explicó el
Pontífice al grupo de fieles que participaron en la Misa.
“Nuestro
padre Abraham fue capaz de alegrarse porque tenía fe: fue hecho justo en la fe.
Estos habían perdido la fe. Eran Doctores de la ley, ¡pero sin fe! Es más:
¡habían perdido la ley! Porque el centro de la ley es el amor, el amor por Dios
y por el prójimo”.
Para
el Papa, estos doctores “sólo tenían un sistema de doctrinas precisas
y puntualizaban cada día que nadie debía tocarlas”, por lo tanto, eran “hombres
sin fe, sin ley, apegados a doctrinas que también se convertían en una actitud
casuística: se puede pagar el impuso a César, ¿no se puede? Esta mujer, que se
casó siete veces, cuando vaya al Cielo,
¿será esposa de aquellos siete? Esta casuística… Éste era su mundo, un mundo
abstracto, un mundo sin amor, un mundo sin fe, un mundo sin esperanza, un mundo
sin confianza, un mundo sin Dios. ¡Y por esto no podían regocijarse!”.
El
Santo Padre apreció que quizás los doctores de la ley eran capaces de
divertirse, “pero sin alegría”, es más “con miedo”.
Y
precisamente, aseguró que “ésta es la vida sin fe en Dios, sin confianza en Dios, sin
esperanza en Dios”. Y “su corazón estaba petrificado”. “Es triste –subrayó
Francisco– ser creyente sin alegría y la alegría no existe cuando no existe la
fe, cuando no existe la esperanza, cuando no existe la ley sino sólo las
prescripciones, la doctrina fría”.
En
este sentido el Papa explicó que “la alegría de la fe, la alegría del
Evangelio es la piedra angular de la fe de una persona. Sin alegría
aquella persona no es un verdadero creyente”.
Antes
de terminar, invitó a todos a hacer suyas las palabras de Jesús: “Abraham, su
padre, exultó en la esperanza de ver mi día. Lo vio y se sintió lleno de alegría”.
“Pidamos
al Señor la gracia de ser exultantes en la esperanza, la gracia de poder ver el
día de Jesús, cuando nos encontraremos con Él, y la gracia de la alegría”,
concluyó.
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