Lecturas de la Misa
Domingo
19 de Abril de 2015
III Domingo de Pascua
Primera Lectura
Hechos 3:13-15, 17-19
13El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros
entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando éste estaba resuelto a
ponerle en libertad.14Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y
pedisteis que se os hiciera gracia de un asesino,15y matasteis al Jefe
que lleva a la Vida. Pero Dios le resucitó de entre los muertos, y nosotros
somos testigos de ello.17«Ya sé yo, hermanos, que obrasteis por
ignorancia, lo mismo que vuestros jefes.18Pero Dios dio cumplimiento de
este modo a lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su
Cristo padecería.19Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros
pecados sean borrados,
Salmo Responsorial
Salmo 4:2, 4, 7-9
2Cuando clamo, respóndeme, oh Dios mi
justiciero, en la angustia tú me abres salida; tenme piedad, escucha mi
oración.4¡Sabed que Yahveh mima a su amigo, Yahveh escucha cuando yo le invoco.7Muchos
dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?» ¡Alza sobre nosotros la luz de tu
rostro! Yahveh,8tú has dado a mi corazón más alegría que cuando abundan
ellos de trigo y vino nuevo.9En paz, todo a una, yo me acuesto y me
duermo, pues tú solo, Yahveh, me asientas en seguro.
Segunda Lectura
I Juan 2:1-5
1Hijos míos, os escribo esto para que no
pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a
Jesucristo, el Justo.2El es víctima de propiciación por nuestros
pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.3En
esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos.4Quien
dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad
no está en él.5Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor
de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
Evangelio
Lucas 24:35-48
35Ellos, por su parte, contaron lo que
había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.36Estaban
hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo:
«La paz con vosotros.»37Sobresaltados y asustados, creían ver un
espíritu.38Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan
dudas en vuestro corazón?39Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo.
Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.»40Y,
diciendo esto, los mostró las manos y los pies.41Como ellos no acabasen
de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis
aquí algo de comer?»42Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.43Lo
tomó y comió delante de ellos.44Después les dijo: «Estas son aquellas
palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es
necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los
Profetas y en los Salmos acerca de mí."»45Y, entonces, abrió sus
inteligencias para que comprendieran las Escrituras,46y les dijo: «Así
está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al
tercer día47y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los
pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.48Vosotros sois
testigos de estas cosas.
TERCER
DOMINGO EN TIEMPO ORDINARIO
(Abril 19, 2015)
“La paz esté con
ustedes...”
Perspectiva
Salesiana
En 1954, el gran pintor francés Henri Matisse murió
a la edad de 86 años. Durante los últimos años de su vida la artritis había lisiado
y deformado sus manos de tal manera que le era extremadamente doloroso sostener
un pincel, haciéndole por supuesto casi imposible pintar algo hermoso. Aun así
continuó pintando usando un trozo de tela que colocaba entre sus dedos con la
esperanza de impedir que el pincel se deslizara en su mano. Un día alguien le
preguntó porqué continuaba sometiendo su cuerpo a ese sufrimiento y a esa
frustración. ¿Por qué continuaba pintando si se enfrentaba a un dolor de tal
magnitud? La respuesta de Matisse fue algo así: “el dolor pasa, pero la belleza
permanece”.
¿Por qué pienso en esta historia hoy, tercer
domingo de Pascua? Si ponemos atención al pasaje del Evangelio de Lucas, Jesús
encuentra a sus discípulos en grupo por primera vez y les dice, “La paz sea con
ustedes”. Este pasaje del Evangelio le sigue a historia de los dos discípulos
en camino a Emaús. Al igual que cada uno de los discípulos- igual que a todos
los discípulos- hay ocasiones en que nosotros dudamos del poder de Dios. Hay
ocasiones en que nos cuestionamos sobre los eventos de nuestras vidas, sobre la
presencia de Dios en esas vidas desordenadas, dolorosas y a veces
desdichadas.
Algunos de nosotros venimos cada domingo a la
iglesia y nos preguntamos si las afirmaciones hechas por la fe, las historias
de sanación y las promesas de Jesús son ciertas. ¿Cómo puede darle Jesús paz a
nuestras vidas cuando sentimos que nuestras vidas son todo menos apacibles?
Estamos llenos de preocupaciones: por nuestro hogar, nuestro carro, nuestros
hijos, nuestros trabajos, nuestras notas, nuestra familia, nuestros amigos,
nuestra salud, nuestras responsabilidades, nuestras inversiones y nuestras
pensiones. Incluso nuestro horario del día nos puede producir ansiedad; nos
preocupa darnos cuenta que tenemos que estar en una cantidad de lugares a
diferentes horas. Simplemente somos muy responsables y estamos muy ocupados
para estar en paz!
¿Cómo puede Jesús prometer- y mejor aun proveer-
paz?
Recuerden el ejemplo de Henri Matisse. Todas las
preocupaciones, el dolor y la frustración que ustedes y yo experimentamos
ultimadamente, y en su mayoría, pasarán e incluso pueden llegar a convertirnos
en personas mas fuertes y hermosas para Dios y para los demás: La belleza de lo
que nos habremos convertido a lo largo de ese proceso perdurará mucho después
de que los problemas hayan desaparecido en el pasado.
San Francisco de Sales nos recuerda que no debemos
preocuparnos por las tensiones y los problemas de nuestra vida, por que el
mismo Padre amoroso que hoy nos cuida, nos cuidará también mañana. El nos
protegerá del sufrimiento o nos dará una fuerza indestructible para superarlo.
Estén en paz y desechen todos los pensamientos e ideas que les producen
ansiedad.
La paz sea con ustedes- aun en medio de los retos
que impone la vida- y manténganse enfocados en la belleza que perdura!
El Padre Michael S.
Murray, OSFS es el Director Principal del Centro Espiritual De Sales.
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