¿Cómo ser un buen pastor? Estos consejos da
el Papa Francisco a nuevos sacerdotes
Por Alvaro de Juana
Papa Francisco hoy al presidir la
ordenación de 19 nuevos sacerdotes. Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa.
VATICANO, 26 Abr. 15 / 09:05 am (ACI/EWTN Noticias).- La diócesis de Roma cuenta con 19 nuevos sacerdotes
que el Papa Francisco ordenó la mañana de hoy en la Basílica de San Pedro del
Vaticano, al celebrarse el Cuarto Domingo de Pascua,
conocido como el Domingo del Buen Pastor.
Los
nuevos sacerdotes pertenecen a varios seminarios romanos, como el Pontificio
Seminario Romano Mayor, el Colegio Diocesano Redemptoris Mater y el Seminario
de la Virgen del Divino Amor.
En
su homilía, Francisco les ofreció una serie de consejos para ser buenos
pastores. Hizo hincapié en tener cuidado de no hacer homilías aburridas,
sino que lleguen al corazón. También les pidió ser humildes y misericordiosos
con todos, además de servir al Pueblo.
El
Obispo de Roma quiso reflexionar sobre el ministerio del presbiterado al que
han sido llamados. “El Señor Jesús es el Sumo Pontífice del Nuevo Testamento,
pero en Él también todo el pueblo santo de Dios ha estado constituido pueblo
sacerdotal”.
“Entre
algunos de sus discípulos, el Señor Jesús quiere elegir a algunos en
particular, para que ejercitando públicamente en la Iglesia en su nombre el oficio sacerdotal a favor de
todos los hombres, se continúe con su misión personal de maestro, sacerdote y
pastor”.
De
esta manera, “Él envió a su vez al mundo primero a los apóstoles y después a
los obispos y a sus sucesores, a los que al final fueron dados como
colaboradores y presbíteros, que, unidos a Él en el ministerio sacerdotal,
están llamados al servicio del Pueblo de Dios”.
Sobre
los nuevos sacerdotes, Francisco explicó que “serán configurados a Cristo
Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos
sacerdotes del Nuevo Testamento, y con este título, que les une en el sacerdocio a
su Obispo, serán predicadores del Evangelio, Pastores del Pueblo de Dios, y
presidirán las acciones de culto, especialmente en la celebración del
sacrificio del Señor”.
Dirigiéndose
a ellos, el Papa señaló que “consideren que ejercitando el ministerio de la
Sagrada Doctrina serán partícipes de la misión de Cristo, único maestro”.
A
su vez, les invitó a “lleven a todos la Palabra de Dios, que ustedes mismos
han recibido con alegría. lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor
para creer aquello que han leído, enseñar aquello que han aprendido en la fe y
vivir aquello que han enseñado”. Y “que este sea el alimento del Pueblo de
Dios; que sus homilías no sean aburridas; que sus homilías lleguen al corazón
de la gente porque salen de su corazón, porque aquello que ustedes les dirán a
ellos es lo que tienen en el corazón. Así se da la Palabra de Dios y así su
doctrina será alegre y sostendrá a los fieles de Cristo”.
“El
perfume de su vida será
el testimonio, porque el ejemplo edifica, pero las palabras sin
ejemplo son palabras vacías, son ideas y no llegan nunca al corazón y hacen
mal: ¡no hacen bien!”, exclamó.
Les
recordó también que “mediante su ministerio, el sacrificio espiritual de los
fieles viene hecho perfecto” y “por sus manos, en nombre de toda la Iglesia,
viene ofrecido de manera incruenta en el altar en la celebración de los Santos
Misterios”.
También
les aconsejó que “cuando celebren la Misa,
reconozcan aquello que están haciendo, ¡no lo hagan con prisa!”. “Imiten
aquello que celebran –no es un rito artificial, un ritual artificial– porque
así, participando en el misterio de la muerte y resurrección del Señor, podrán
llevar la muerte de Cristo a sus miembros y caminar con Él en novedad de vida”.
Después habló sobre el Sacramento del Bautismo, por el que los nuevos
presbíteros “agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios. ¡No es necesario
rechazar nunca el Bautismo al que lo pide!”.
“Con
el Sacramento de la Penitencia perdonen los pecados en el nombre de Cristo y de
la Iglesia. Y yo, en nombre de Jesucristo, el Señor, y de su Esposa, la Santa
Iglesia, les pido que no se cansen de ser misericordiosos. ¡En el
confesionario estarán para perdonar, no para condenar! Imiten al Padre que
nunca se cansa de perdonar”.
El
Papa aludió también a los santos óleos, a la oración de laudes y a otros ritos
con los que “serán voz del Pueblo de Dios y de la humanidad entera”.
Francisco
les pidió “ejercitar en la felicidad y en la caridad sincera las obras
sacerdotales de Cristo” y “únicamente intenten agradar a Dios y no a ustedes
mismos”, porque “es feo un sacerdote que vive para gustarse a sí mismo, que se
‘pavonea’”.
Por
último, les pidió “tener siempre ante sus ojos el ejemplo del Buen Pastor, que
no ha venido para ser servicio, sino para servir; no para permanecer en sus
comodidades, sino para salir y buscar y salvar aquello que estaba perdido”.
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