Papa Francisco sobre Jubileo de la
Misericordia: Es tiempo favorable para curar heridas
Por Alvaro de Juana
Papa Francisco en la celebración de Vísperas hoy. Foto: Captura de video
/ CTV
VATICANO, 11 Abr. 15 / 11:44 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco convocó hoy de manera
oficial el Jubileo Extraordinario de la Misericordia con la lectura de la Bula
Misericordiae Vultus (“El Rostro de la Misericordia”) en la entrada de exterior
de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Tras su entrega y lectura, el
Pontífice acudió en procesión hasta el interior de la Basílica para presidir la
celebración de las Primeras Víctimas del segundo Domingo de Pascua.
Tras el rezo cantado de los tres salmos, el Pontífice pronunció una
breve homilía en la que recordó a los cristianos perseguidos por su fe, así
como el motivo por el que convoca el Jubileo de la Misericordia.
“La paz, sobre todo en estas semanas, sigue siendo el deseo de tantos pueblos
que sufren la violencia inaudita de la discriminación y de la muerte, sólo por
llevar el nombre de cristianos”, afirmó al comenzar y en referencia al tiempo
de Pascua.
Pero, “nuestra oración se hace aún más intensa y se convierte en un
grito de auxilio al Padre, rico en misericordia, para que sostenga la fe de
tantos hermanos y hermanas que sufren, a la vez que pedimos que convierta
nuestros corazones, para pasar de la indiferencia a la compasión”.
Francisco apuntó cómo “San Pablo nos ha recordado que hemos sido
salvados en el misterio de la muerte y resurrección del Señor Jesús” y cómo
“recuerda que, a pesar de las dificultades y los sufrimientos de la vida, sigue creciendo la esperanza en la
salvación que el amor de Cristo ha sembrado en nuestros corazones”. Se trata
pues de “la misericordia de Dios que se ha derramado en nosotros haciéndonos
justos, dándonos la paz”.
El Pontífice dijo estar convencido de que muchos se preguntarán “¿Por
qué hoy un Jubileo de la Misericordia?”. “Simplemente –respondió a
continuación- porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios
históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia
y de la cercanía de Dios”.
Así que “éste no es un tiempo para estar distraídos, sino al contrario
para permanecer alerta y despertar en nosotros la capacidad de ver lo
esencial”. Es también “el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de
la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento
de la misericordia del Padre”.
Francisco cree que el Año Santo que se iniciará “tiene que mantener vivo
el deseo de saber descubrir los muchos signos de la ternura que Dios ofrece al
mundo entero y sobre todo a cuantos sufren, se encuentran solos y abandonados,
y también sin esperanza de ser perdonados y sentirse amados por el Padre”.
Será “un Año Santo para sentir intensamente dentro de nosotros la
alegría de haber sido encontrados por Jesús, que, como Buen Pastor, ha venido a
buscarnos porque estábamos perdidos”.
El Papa agregó que será también “un Jubileo para percibir el calor de su
amor cuando nos carga sobre sus hombros para llevarnos de nuevo a la casa del
Padre”.
“Un Año para ser tocados por el Señor Jesús y transformados por su
misericordia, para convertirnos también nosotros en testigos de misericordia.
Para esto es el Jubileo: porque este es el tiempo de la misericordia. Es el
tiempo favorable para curar las heridas, para no cansarnos de buscar a cuantos
esperan ver y tocar con la mano los signos de la cercanía de Dios, para ofrecer
a todos el camino del perdón y de la reconciliación”, concluyó.
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