Santa
Bernadette Soubirous
16 de Abril
16 de Abril
Santa
Marie Bernard –Bernardette– Soubirous nació el 7 de enero, de 1844, en el
pueblo de Lourdes, Francia. Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían
en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del
hospital.
Desde
pequeña, Bernardita tuvo una salud bien delicada a causa de la falta de
alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación
donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó
sumamente debilitada. Luego, a causa también del clima terriblemente frío en
invierno, la santa adquirió desde los diez años la enfermedad del asma.
Tiempo
después de las apariciones, Bernardita fue admitida en la Comunidad de Hijas de
la Caridad de Nevers. En julio de 1866 comenzó su noviciado y el 22 de
septiembre de 1878 pronunció sus votos, falleció unos meses después, el día 16
de Abril de 1879.
Asimismo,
la vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de
enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo
un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo.
En
sus primeros años con las monjas, la Santa jovencita sufrió mucho, no solo por
su mala salud, sino también a causa que la Madre superiora del lugar que no
creía en sus enfermedades, inclusive decía que cojeaba de su pierna, no por el
tumor que tenía, sino para llamar la atención.
En
su comunidad, la santa se dedicó a ser enfermera y sacristana, y más tarde, por
nueve años estuvo sufriendo una dolorosa enfermedad. Al llegarle los agudos
ataques exclamaba: “Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la
salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi
enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Sma. Virgen, ofrezco mis
sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores”.
Cuando
ya le faltaba poco para morir, llegó un Obispo a visitarla y le dijo que iba
camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara
una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano
temblorosa, escribe: “Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita
le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le
pido una bendición especial para esta pobre enferma”. A regreso del viaje, el
Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata
que le enviaba de regalo el Santo Padre.
El
16 de abril de 1879, estando muy mal de salud y teniendo a penas 35 años,
exclamó emocionada: “Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!” Y
después de unos momentos de silencio dijo emocionada: “Ruega Señora por esta
pobre pecadora”, y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta.
A
los funerales de Santa Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella
empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. 30
años más tarde, su cadáver fue exhumado, y hallado en perfecto estado de
conservación, unos años después, poco antes de su beatificación, efectuada el
12 de Junio de 1925, se realizó un segundo reconocimiento del cuerpo, el cual
seguía intacto.
Santa
Bernadette fue canonizada el 8 de Diciembre de 1933. Su cuerpo incorrupto
todavía puede verse en el Convento de Nevers, dentro de un féretro de cristal.
La festividad de la Santa se celebra el 16 de Abril.
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