Un sanjuanino está
de capellán en la Antártida
Base Marambio (Antártida Argentina) (AICA) Jueves 23 Jul 2015 | 11:41 am: El presbítero Daniel Caballero
Karanik, perteneciente al clero de la arquidiócesis de La Plata, aunque
sanjuanino de origen, se encuentra sirviendo como capellán de la base aérea
Marambio, en la Antártida Argentina.
El
presbítero Daniel Caballero Karanik, perteneciente al clero de la arquidiócesis
de La Plata, aunque sanjuanino de origen, se encuentra sirviendo como capellán
de la base aérea Marambio, en la Antártida Argentina.
El
sacerdote, de 40 años y diez de ministerio sacerdotal, fue párroco de la Medalla
Milagrosa, en La Plata, y es en la actualidad capellán de la Escuela Naval
Militar. Por su tarea, le corresponde estar en la Base Orcadas, una de las
estaciones científicas que el país tiene en el continente blanco, pero como el
buque rompehielos de la fuerza se encuentra en reparación, optó por ocupar la
vacante en la Base Marambio.
El
capellán castrense consideró que fue “providencial” su arribo a esta estación
científica, porque “una cosa es estar en el buque y otra es estar en la base,
estar en terreno, y acompañar a los argentinos que están hace tiempo en la
base”.
El
sacerdote explicó, en conversaciones con una radio sanjuanina, en qué consiste
su tarea pastoral: “Hago asistencia espiritual, tanto del personal militar como
del personal civil que trabaja acá. Mi trabajo también se extiende a visitar, a
las otras bases que tenemos aquí, como Esperanza, Belgrano y Orcadas, pero eso
también depende mucho de las condiciones climáticas”.
El
sacerdote dijo que el domingo 19 de julio debieron soportar una temperatura que
rondó los 40 grados bajo cero. “Nos quedamos encerraditos nomás”, dijo entre
risas.
Cómo es
la vida en la Antártida
“No es
una vida fácil. No son meses fáciles acá. Una por la cantidad de luz solar que
tenemos, que es muy poca, y otra porque a veces tenemos presión baja y eso te
influye en el físico porque como que a veces te deja planchado”, contó el padre
Caballero.
Al inicio
del día, los efectivos se reúnen para conocer las novedades del día, y luego el
sacerdote hace una breve reflexión espiritual, da la bendición e invita a rezar
por las intenciones particulares de la gente. Por la noche, cerca de las 20,
preside la misa en una capilla dedicada a Nuestra Señora de Loreto, patrona de
la Fuerza Aérea.
“Después de la misa, me saco el hábito, me pongo el equipo térmico y me voy a recorrer las distintas estaciones para acompañar a los muchachos. Acá el buen humor es fundamental”, explicó.+
“Después de la misa, me saco el hábito, me pongo el equipo térmico y me voy a recorrer las distintas estaciones para acompañar a los muchachos. Acá el buen humor es fundamental”, explicó.+
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