Salta rezó al Señor
y a la Virgen del Milagro
Salta (AICA) Lunes 27 Jul 2015 | 11:33 am: Cientos de personas peregrinaron
a la catedral de Salta durante el sábado 25 de julio para participar del inicio
de las honras al Señor y la Virgen del Milagro, la particular devoción que los
salteños guardan desde hace siglos y por la que renuevan cada año el pacto de
fidelidad a sus protectores.
Cientos
de personas peregrinaron a la catedral de Salta durante el sábado 25 de julio
para participar del inicio de las honras al Señor y la Virgen del Milagro, la
particular devoción que los salteños guardan desde hace siglos y por la que
renuevan cada año el pacto de fidelidad a sus protectores.
Cargados
de agradecimientos y pedidos, cientos de devotos del Señor y la Virgen del
Milagro se acercaron para participar de la entronización de la imagen del
Cristo, que se inició cerca de las 16. El arzobispo de Salta, monseñor Mario
Cargnello, se mezcló entre los feligreses que llevaron sus pañuelos para
agitarlos durante la entronización de las imágenes, acompañada por el himno
compuesto para esta fiesta, que lleva por lema en 2015 “Jesucristo, Señor del
Milagro, te necesitamos”.
Tras
colocar las imágenes, monseñor Cargnello pronunció unas palabras de apertura y
celebró la misa, de la que participó el gobernador Juan Manuel Urtubey. En su
homilía, según la prensa local, monseñor Cargnello dijo que el amor de Dios “se
percibe en el aire y en el corazón de la gente”, y afirmó: “El Milagro nos
propone abrir nuestra vida a la palabra de Dios, escuchando con mayor fervor a
Dios y al otro, al prójimo”.
El
arzobispo citó en su homilía algunas reflexiones del papa Francisco en su
reciente encíclica Laudato si’, e instó a cuidar de Salta y hacerla
un lugar propicio para todos. "Este cuidado del planeta también incluye a
los seres humanos", detalló en referencia al magisterio del Papa.
Monseñor
Cargnello también destacó el fervor de fe que muestra no sólo el pueblo de
Salta a sus santos patronos, sino que trascendió a fieles de otras provincias y
naciones. Entre los peregrinos había también de otras latitudes, incluso de
naciones vecinas.
La
festividad del Milagro, iniciada ayer, culminará, como todos los años con una
multitudinaria procesión y con la renovación del denominado Pacto de Fidelidad,
que se concretará el lunes 14 de septiembre, en coincidencia con la fiesta
litúrgica de la Exaltación de la Cruz.
Una tradición que viene desde 1592
Una tradición que viene desde 1592
El origen
de las imágenes se remonta al año 1592, cuando el obispo de Córdoba del
Tucumán, fray Francisco de Victoria, donó al pueblo de Salta la imagen de
Cristo crucificado, cuyo destino sería la iglesia matriz de la ciudad.
En junio
de 1592 la imagen llegó flotando en un cajón al puerto de El Callao, Perú,
junto a otro que contenía una imagen de la Virgen del Rosario destinada al
convento de Santo Domingo, en Córdoba. Jamás se supo qué embarcación las trajo
desde España.
Desde
Lima emprendieron viaje a su destino a lomo de mula y una vez en Salta, la
imagen del Cristo fue depositada en la sacristía de la iglesia matriz y no fue
objeto de veneración por espacio de cien años.
En 1692
la imagen de la Inmaculada Concepción de María, que luego se llamaría Virgen
del Milagro, se encontraba a tres metros de altura en un nicho del retablo del
altar mayor. Cuenta la historia que aquel 13 de septiembre, después de los
fuertes y reiterados temblores que destruyeron la ciudad de Esteco y fueron
percibidos con singular intensidad en la ciudad de Salta, se encontró la imagen
de la Inmaculada en el suelo sin que sufrieran daño su rostro y manos y según
la tradición perdió los colores del rostro.
La imagen
fue llevada a la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano donde se oró toda la
noche. Al día siguiente, 14 de septiembre, se colocó la imagen, que todos
querían venerar, en el exterior de la iglesia matriz donde continuaron los
cambios de colores del rostro y fue entonces cuando muchos fieles comenzaron a
llamarla “del Milagro”
Según la
tradición oral, el Santo Cristo crucificado de la iglesia matriz, que tenían
sin devoción y sin sacarlo en procesión, habría perdonado a Salta a pedido y
súplica de la Madre de Dios del Milagro. Los padres jesuitas recordaron al
Santo Cristo y lo liberaron de su encierro; lo colocaron frente a la iglesia
que la Compañía de Jesús tenía en el centro de la ciudad. La imagen fue sacada
en procesión por los fieles salteños con el ruego de que cesaran los temblores,
lo que finalmente ocurrió.
Al
amanecer del 14 la tierra dejó de temblar, volvió a estremecerse a la noche, en
medio de procesiones y rogativas. Al cesar los estremecimientos, el 15 renació
la calma y con ella se comenzó a hablar del "milagro", designando a
la Inmaculada como Virgen del Milagro.
En 1902 y
por iniciativa del obispo Matías Linares, las imágenes fueron coronadas en
presencia de altas autoridades eclesiásticas venidas de Roma.+
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