Papa Francisco: Hay un vínculo entre maltrato a la Creación y trata de
personas
Papa Francisco durante el encuentro con los
alcaldes / Foto: Daniel Ibáñez
VATICANO, 21 Jul. 15 / 04:55 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco participó este
martes en la inauguración del Congreso internacional “Esclavitud moderna y
cambio climático: el compromiso de las ciudades”, con la participación de más
de 60 alcaldes de todo el mundo, donde advirtió que la trata de personas
-explotación sexual y laboral de niños y adultos- es también una consecuencia
del uso de la Creación.
Francisco inició su discurso
señalando que no se puede ver el cuidado del ambiente solamente como una
actitud “verde”, pues cuidar el planeta “significa una actitud de ecología
humana”; es decir, no se puede separar a la persona de la Creación. “La
ecología es total, es humana”, indicó.
En ese sentido, señaló que la
encíclica “Laudato Si” explica que “hay una relación de incidencia mutua, sea
del ambiente sobre la persona, sea de la persona en el modo como trata el
ambiente”, y “el efecto de rebote contra el hombre cuando el ambiente es
maltratado”. “No es una encíclica ‘verde’, es una encíclica social”, afirmó.
El Santo Padre aprovechó la
presencia de los alcaldes para explicar que el crecimiento desmesurado de las
ciudades, con “cordones de pobreza y de miseria más grandes”, son también
consecuencia “de un descuido del ambiente”.
“¿Por qué la gente viene a las
grandes ciudades, a los cordones de las grandes ciudades, las villas miseria,
las chabolas, las favelas? ¿Por qué arma eso? Simplemente porque ya el mundo
rural para ellos no les da oportunidades”, indicó.
En ese sentido, Francisco
denunció “la idolatría de la tecnocracia” que ha creado desocupación y obliga a
las personas a migrar en busca de nuevos horizontes. Señaló que la falta de
empleo está afectando sobre todo a los jóvenes. “¿Qué horizonte y qué futuro
puede ofrecer?, ¿qué le queda a esa juventud? O las adicciones, o el
aburrimiento, o el no saber qué hacer de suvida -una vida sin sentido, muy
dura-, o el suicidio juvenil – las estadísticas de suicidio juvenil no son
publicadas en su totalidad-, o buscar en otros horizontes, aún en proyectos
guerrilleros, un ideal de vida”, señaló.
Asimismo, indicó que el mal uso
de la Creación ha puesto en juego el oxígeno y el agua. “Es decir, la
desertificación de grandes zonas por la deforestación”. “¿Qué sucede
cuando todos estos fenómenos de tecnificación excesiva, de no cuidado del
ambiente, además de los fenómenos naturales, inciden sobre la migración? El no
haber trabajo, y después la trata de las personas”, advirtió.
Francisco denunció que “cada vez
es más común el trabajo en negro, un trabajo sin contrato, un trabajo arreglado
debajo de la mesa. ¡Cómo ha crecido! El trabajo en negro es muy grande, lo cual
significa que una persona no gana lo suficiente para vivir. Eso puede provocar actitudes
delictivas y todo lo que sucede en una gran ciudad por esas migraciones
provocadas por la tecnificación”.
“Sobre todo me refiero al agro o
la trata de las personas en el trabajo minero, la esclavitud minera todavía es
muy grande y es muy fuerte. Y lo que significa el uso de ciertos elementos de
lavado de minerales – arsénico, cianuro- que inciden en enfermedades de la
población. En eso hay una responsabilidad muy grande. O sea que todo rebota,
todo vuelve. Es el efecto rebote contra la misma persona. Puede ser la trata de
personas por el trabajo esclavo, la prostitución, que son fuentes de trabajo
para poder sobrevivir hoy día”, advirtió.
Ante ello, exhortó a las Naciones
Unidas a “interesarse muy fuertemente sobre este fenómeno, sobre todo, en la trata
de personas provocada por este fenómeno ambiental, la explotación de la gente”.
En ese sentido, el Papa invitó a
los alcaldes a sumarse para solucionar estos problemas. “Porque ésta conciencia
si bien sale del centro hacia las periferias, el trabajo más serio y más
profundo, se hace desde la periferia hacia el centro. Es decir, desde ustedes
hacia la conciencia de la humanidad”.
“La Santa Sede o
tal país, o tal otro, podrán hacer un buen discurso en las Naciones Unidas pero
si el trabajo no viene de las periferias hacia el centro, no tiene efecto”,
indicó.
“Pido al Señor que nos dé a todos
la gracia de poder tomar conciencia de este problema de destrucción que
nosotros mismos estamos llevando adelante al no cuidar la ecología humana, al
no tener una conciencia ecológica como las que nos fue dada al principio para
transformar la primera incultura en cultura, y frenar ahí, y no transformar
esta cultura en incultura”, señaló.
Bajo el título de “Esclavitudes
modernas y cambio climático: el compromiso de las ciudades” se desarrolla este
encuentro organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias y de las
Ciencias Sociales en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas
(ONU). Mañana el tema será “La prosperidad, la gente y el Planeta:
consecuencias de un desarrollo sostenible en nuestras ciudades”.
El Canciller de las dos
Pontificias Academias, Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, explicó hace unos días
que la invitación a los alcaldes obedece al deseo de “buscar juntos las mejores
prácticas para detener el cambio climático y la eliminación de las nuevas
formas de esclavitud”.
Así, se pretende que “se
comprometan en favorecer, en nuestras ciudades y asentamientos urbanos, la
emancipación de los pobres y de aquellos que se encuentran en situación de
vulnerabilidad, reduciendo la exposición a situaciones extremas catastróficas
derivadas de las profundas alteraciones de naturaleza ambiental, económica y
social que crean terrenos fértiles para las migraciones forzadas y la trata de
seres humanos”.
Al mismo tiempo, quieren que las
autoridades se esfuercen “en el desarrollo de programas de reinserción e
integración social de las víctimas, a nivel nacional y local, para evitar la
repatriación forzada”.
Por ello, después de la
intervención del Papa, los más de 60 alcaldes presentes firmaron una
declaración en la que se comprometen a luchar contra estas problemáticas.
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