Papa Francisco envía mensaje de cercanía al párroco
argentino en Gaza
BUENOS AIRES, 18 Jul. 14 / 02:03 pm (ACI).- "He recibido noticias a través
del Padre Mario Cornioli. Estoy junto a vos y a las hermanas y a toda la
comunidad católica”, le aseguró el Papa Francisco en el mensaje que le envió al
párroco de Gaza, P. Jorge Hernández, misionero argentino del Instituto del
Verbo Encarnado (IVE) y a su comunidad.
"Los acompaño con mi oración y
cercanía. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Un abrazo.
Fraternalmente, Francisco", agregó en el breve texto publicado en el sitio
web del IVE.
La
hermana Laudis, religiosa del IVE actualmente en Beit Jala después de salir de
Gaza, dijo a la agencia Fides que “el Padre Jorge tradujo el texto al árabe
para darlo a conocer a todas las familias. Todos han sido tocados y
reconfortados en este momento terrible que estamos experimentando”.
El Papa también se comunicó por
teléfono esta mañana con el presidente de Israel, Shimon Peres, y con el de
Palestina, Mahmoud Abbas. En primer lugar, Francisco llamó al mandatario
israelí a las 10 y a continuación al mandatario palestino a las 11.30.
Con ambos pudo compartir "sus
gravísimas preocupaciones por la situación actual del conflicto que afecta de
forma particular a la Franja de Gaza y que, en un clima de creciente
hostilidad, odio y sufrimiento por los dos pueblos, está sembrando numerosas
víctimas y dando lugar a una situación de grave emergencia humanitaria".
La ofensiva terrestre del ejército
israelí en la Franja de Gaza, concentrada en la parte norte, estuvo acompañada
por la intensificación durante la última noche de bombardeos aéreos y navales
también en la ciudad de Gaza.
La pequeña parroquia católica de Gaza,
dedicada a la Sagrada
Familia,
está totalmente sumergida por la emergencia humanitaria provocada por la
intervención militar.
El P. Hernández recibió a numerosos
grupos de familias en los locales de la escuela que huyeron de sus hogares
ubicados en las zonas bombardeadas, y desde esta mañana se dedica a la búsqueda
de agua y alimentos para los desplazados.
“He hablado con las familias de la
parroquia”, dijo la hermana Laudis, “todo el mundo me ha dicho que no han
pegado ojo en toda la noche por los bombardeos. Las casas temblaban, los niños
lloraban”.
La
situación de los cristianos
En noviembre de 2012 el P. Hernández
describía la situación de Gaza. Su testimonio apareció publicado en el sitio
web del IVE: “les escribo desde nuestra parroquia de ‘La Sagrada Familia’ en Gaza, perteneciente al Patriarcado
Latino de Jerusalén y que cuenta con unos 200 católicos. El lugar es conocido
por todos, pues además del complejo parroquial hay un colegio que alberga los
niños, cristianos y musulmanes, como en una sola familia”.
“La situación no ha cambiado, más bien
empeora con el paso de los días. El trascurso del tiempo hace que se empiece a sentir
cada vez más la presión que significan los bombardeos continuos, diurnos y
nocturnos”.
El sacerdote describía la situación de
aquel entonces, similar a la de ahora: “el estruendo ensordecedor de las
bombas, la inseguridad y el miedo hacen que este pueblo padezca una tortura, no
solo cruenta, sino también cruel y despiadada en lo espiritual y en lo
psíquico”.
“La gente está asustada, y no puede ser
de otro modo. Los misiles no entienden de ética ni de moral, no diferencian entre joven o anciano,
cristiano o musulmán, varón o mujer… Simplemente caen y destruyen. Cuando se
escuchan los aviones y la posterior descarga de los misiles, experimentan una
congoja interior muy grande y, algunos, el alivio de no haber sido alcanzado
por los mismos. Y siempre la constante pregunta: ‘¿Hasta cuándo?’. El común de
la gente no quiere otra cosa sino, simplemente, vivir sus vidas. ¡Lo que
pedimos a todos los responsables es que dejen a Gaza vivir en paz!”
El P. Hernández escribía que “nuestra
misión es estar junto a los cristianos de Gaza. Acompañarlos, llevar junto con
ellos esta cruz. Así es que los llamamos por teléfono,
los animamos y consolamos, al tiempo que les enseñamos el verdadero sentido del
dolor cristiano, es decir, esa participación en los dolores de Cristo”.
“Y este gesto nuestro, lo reconocen, lo
valoran y lo agradecen. Incluso, lo piden: ‘no se vayan’… ‘entendemos que se
tengan que ir, pero mejor sería que se queden con nosotros’… estas y otras
muchas son las frases que nos dicen nuestros parroquianos. Y esto porque, el
sólo hecho de saberse acompañado en el dolor es ya un enorme alivio. Pues bien,
esa es nuestra tarea”.
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