domingo, 27 de julio de 2014


El cristiano no puede tener escondida su fe porque transluce en cada palabra, dice el Papa
VATICANO, 27 Jul. 14 / 08:51 am (ACI/EWTN Noticias).- En sus palabras previas al rezo del Ángelus hoy, el Papa Francisco aseguró que la alegría de encontrar el tesoro del Reino de Dios “se transparenta, se ve”, por lo que el cristiano “no puede tener escondida su fe, porque transluce en cada palabra, en cada gesto”.
“La alegría de haber encontrado el tesoro del Reino de Dios se transparenta, se ve. El cristiano no puede tener escondida su fe, porque transluce en cada palabra, en cada gesto, incluso en los más simples y cotidianos: transluce el amor que Dios nos ha dado mediante Jesús”.
El Santo Padre señaló, recordando las parábolas de hoy, que “el descubrimiento del Reino de Dios puede producirse improvisamente como para el campesino que, arando, encuentra el tesoro inesperado; o después de una larga búsqueda, como para el mercante de perlas que, finalmente, encuentra la perla preciosísima soñada desde hacía tanto tiempo”.
“Pero en ambos casos, permanece el dato primario que el tesoro y la perla valen más que todos los otros bienes y, por tanto, el campesino y el mercante, cuando los encuentran, renuncian a todo lo demás para poder comprarlos. No tienen necesidad de hacer razonamientos, o de pensar, o de reflexionar: se dan cuenta inmediatamente del valor incomparable de lo que han encontrado, y están dispuestos a perder todo con tal de tenerlo”.
Francisco indicó que “así es para el Reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es lo que buscaba, lo que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas”.
“Y es verdaderamente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, permanece fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez”.
El Papa subrayó que “buscar a Jesús, encontrar a Jesús, éste es el gran tesoro. Cuántas personas, cuántos santos y santas, leyendo con corazón abierto el Evangelio, se han sentido tan conmovidos por Jesús, que se han convertido a Él”.
“Pensemos en san Francisco de Asís: él ya era cristiano, pero un cristiano ‘al agua de rosas’. Cuando leyó el Evangelio, en un momento decisivo de su juventud, encontró a Jesús y descubrió el Reino de Dios, y entonces todos sus sueños de gloria terrena se desvanecieron”.
El Santo Padre señaló que “el Evangelio te hace conocer a Jesús verdadero, te hace conocer a Jesús vivo; te habla al corazón y te cambia la vida. Y entonces sí, dejas todo. Puedes cambiar efectivamente el tipo de vida, o seguir haciendo lo que hacías antes, pero tú eres otro, has renacido: has encontrado lo que da sentido, lo que sabor, que da luz a todo, también a las fatigas, también a los sufrimientos y también a la muerte”.
“Leer el Evangelio, leer el Evangelio. Hemos hablado de esto. ¿Se acuerdan? Cada día leer un pasaje del Evangelio, y también llevar un pequeño Evangelio con nosotros, en el bolsillo, en la cartera. En cualquier caso tenerlo a mano. Y allí, leyendo un pasaje encontraremos a Jesús”.
El Papa aseguró que “todo adquiere sentido cuando allí, en el Evangelio, encuentras este tesoro, que Jesús llama ‘el Reino de Dios’, es decir Dios, que reina en tu vida, en nuestra vida; Dios que es amor, paz y alegría en cada hombre y en todos los hombres”.
Francisco remarcó que “esto es lo que Dios quiere, es aquello por lo cual Jesús se ha dado a sí mismo hasta morir en una cruz, para liberarnos del poder de las tinieblas y trasladarnos al reino de la vida, de la belleza, de la bondad, de la alegría. Leer el Evangelio es encontrar a Jesús, es tener esta alegría cristiana, que es un don del Espíritu Santo”.


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