¡Feliz Solemnidad de María, Madre de Dios!
ROMA, 01 Ene. 15 / 12:01 am (ACI).- Un nuevo año comienza y la Iglesia, cada 1 de enero, lo inicia celebrando la
Solemnidad de “María, Madre de Dios” para pedir la protección de aquella que
tuvo la dicha de concebir, dar a luz y criar al Salvador. Conoce aquí cómo es
que surge este título en honor a la Virgen y lo que hicieron los primeros
cristianos para defenderlo.
La
Fiesta de “María, Madre de Dios” (Theotokos) es la más antigua que se conoce en
Occidente. En las Catacumbas o antiquísimos subterráneos de Roma, donde se
reunían los primeros cristianos para celebrar la Santa Misa,
se encuentran pinturas con esta inscripción.
Según
un antiguo testimonio escrito en el siglo III, los cristianos de Egipto se
dirigían a María con la siguiente oración: "Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos
de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita" (Liturgia de las
Horas).
En
el Siglo IV el término Theotokos se usaba con frecuencia en Oriente y Occidente
porque ya había entrado a formar parte del patrimonio de la fe de la Iglesia.
Sin
embargo, en el siglo V, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era
Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no
condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”.
Nestorio
había caído en un error debido a su dificultad para admitir la unidad de la
persona de Cristo y su interpretación errónea de la distinción entre las dos
naturalezas – divina y humana – presentes en él.
Los
obispos, por su parte, reunidos en el Concilio de Éfeso (año 431), afirmaron la
subsistencia de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única
persona del Hijo. A su vez declararon: "La Virgen María sí es Madre de
Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".
Luego,
acompañados por el pueblo y portando antorchas encendidas, hicieron una gran
procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".
San Juan Pablo II, en noviembre de 1996, reflexionó sobre las
objeciones planteadas por Nestorio para que se comprenda mejor el título
“María, Madre de Dios”.
“La
expresión Theotokos, que literalmente significa ‘la que ha engendrado a Dios’,
a primera vista puede resultar sorprendente, pues suscita la pregunta: ¿cómo es
posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la fe de la
Iglesia es clara: la maternidad divina de María se refiere solo a la generación
humana del Hijo de Dios y no a su generación divina”, dijo el Pontífice.
“El
Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con
él. Evidentemente, en esa generación eterna María no intervino para nada. Pero
el Hijo de Dios, hace dos mil años, tomó nuestra naturaleza humana y entonces
María lo concibió y lo dio a luz”, añadió.
Asimismo,
señaló que la maternidad de María “no atañe a toda la Trinidad, sino únicamente
a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza
humana”. Además, “una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física
que sale de su seno, sino de la persona que engendra”, enfatizó San Juan Pablo
II.
Para
terminar, es importante recordar que María no es sólo Madre de Dios, sino
también nuestra porque así lo quiso Jesucristo en la cruz.
Por ello, al comenzar el nuevo año, pidámosle a María que nos ayude a ser cada
vez más como su Hijo.
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