La espiritualidad contribuye a mejorar la salud
mental y emocional
Sin importar la religión que se
trate, múltiples estudios científicos coinciden en las ventajas en materia de
bienestar que tienen las personas con fe.
En los últimos días, miles de personas peregrinaron
hasta la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago, y este fin de
semana otros tantos harán lo mismo.
Independientemente de si las razones por las que acuden responden a la curiosidad, el entretenimiento, el ejercicio o la fe, ¿ayudan este y otros tipos de espiritualidad a mejorar la salud de las personas?
La respuesta, según múltiples estudios científicos y especialistas en psicología y bienestar, es un rotundo sí.
Sin importar la religión, espiritualidad o la creencia que profesen, las personas que tienen fe en un ser superior son menos propensas a deprimirse, y, si llegan a tener episodios de depresión o tristeza profunda, salen adelante más rápidamente que las personas que no tienen esa visión de vida.
La romería por la Virgen de los Ángeles que se realiza con ocasión de cada 2 de agosto hacia la ciudad de Cartago, es solo una de esas manifestaciones o ejemplos desde la tradición católica.
No obstante, existen otras manifestaciones, públicas o privadas, colectivas o individuales, que también tienen este componente que ayuda a mejorar la salud emocional de las personas.
“La persona con una creencia espiritual se siente más plena, más fortalecida, tiene una visión diferente de las cosas”, comentó la psicóloga Kathie López.
Según ella, la esperanza y la fortaleza se viven en forma diferente en cada quien.
“No digo que quienes no tienen espiritualidad no tengan esperanza o fortaleza, pero sí se ve diferente”, añadió López.
“La espiritualidad te ayuda en en salud mental, porque si se vive a conciencia, te llena de valores como amor, perdón, agradecimiento, esperanza, paz, fortaleza. Te ayuda a ser más sano emocionalmente. También te da más salud interpersonal, porque, si realmente se vive eso, la persona está mejor consigo misma, pero también tendrá mayor tolerancia, respeto y amor a los demás, con lo que la salud de una familia o grupo social mejora”, añadió la especialista.
En la ciencia. La espiritualidad y su influencia en la salud mental ya ha sido medida anteriormente por psicólogos y psiquiatras.
Esta no depende de un dogma específico, sino de la sensación de una persona de sentirse amada y acompañada de un ser superior o de una forma de vida.
Así, por ejemplo, una investigación del Centro Médico de la Universidad de Rush, en Estados Unidos, publicada en el 2010 en la revista Journal of Clinical Psychology , señaló que las personas que creen en la presencia de un ser superior o viven una espiritualidad, tienen un 50% menos de posibilidades de deprimirse.
El reporte indica que si los fieles llegan a tener episodios de depresión grave, estos responden al tratamiento médico un 75% más favorablemente.
Por si fuera poco, el estudio enfatiza que sus posibilidades de recaer en estos episodios clínicos son hasta un 50% menores.
“La sensación de esperanza que acompaña la fe hace que las personas puedan salir más rápidamente de su depresión o tristeza”, dijo en aquel entonces Patricia Murphy, coordinadora del estudio.
Independientemente de si las razones por las que acuden responden a la curiosidad, el entretenimiento, el ejercicio o la fe, ¿ayudan este y otros tipos de espiritualidad a mejorar la salud de las personas?
La respuesta, según múltiples estudios científicos y especialistas en psicología y bienestar, es un rotundo sí.
Sin importar la religión, espiritualidad o la creencia que profesen, las personas que tienen fe en un ser superior son menos propensas a deprimirse, y, si llegan a tener episodios de depresión o tristeza profunda, salen adelante más rápidamente que las personas que no tienen esa visión de vida.
La romería por la Virgen de los Ángeles que se realiza con ocasión de cada 2 de agosto hacia la ciudad de Cartago, es solo una de esas manifestaciones o ejemplos desde la tradición católica.
No obstante, existen otras manifestaciones, públicas o privadas, colectivas o individuales, que también tienen este componente que ayuda a mejorar la salud emocional de las personas.
“La persona con una creencia espiritual se siente más plena, más fortalecida, tiene una visión diferente de las cosas”, comentó la psicóloga Kathie López.
Según ella, la esperanza y la fortaleza se viven en forma diferente en cada quien.
“No digo que quienes no tienen espiritualidad no tengan esperanza o fortaleza, pero sí se ve diferente”, añadió López.
“La espiritualidad te ayuda en en salud mental, porque si se vive a conciencia, te llena de valores como amor, perdón, agradecimiento, esperanza, paz, fortaleza. Te ayuda a ser más sano emocionalmente. También te da más salud interpersonal, porque, si realmente se vive eso, la persona está mejor consigo misma, pero también tendrá mayor tolerancia, respeto y amor a los demás, con lo que la salud de una familia o grupo social mejora”, añadió la especialista.
En la ciencia. La espiritualidad y su influencia en la salud mental ya ha sido medida anteriormente por psicólogos y psiquiatras.
Esta no depende de un dogma específico, sino de la sensación de una persona de sentirse amada y acompañada de un ser superior o de una forma de vida.
Así, por ejemplo, una investigación del Centro Médico de la Universidad de Rush, en Estados Unidos, publicada en el 2010 en la revista Journal of Clinical Psychology , señaló que las personas que creen en la presencia de un ser superior o viven una espiritualidad, tienen un 50% menos de posibilidades de deprimirse.
El reporte indica que si los fieles llegan a tener episodios de depresión grave, estos responden al tratamiento médico un 75% más favorablemente.
Por si fuera poco, el estudio enfatiza que sus posibilidades de recaer en estos episodios clínicos son hasta un 50% menores.
“La sensación de esperanza que acompaña la fe hace que las personas puedan salir más rápidamente de su depresión o tristeza”, dijo en aquel entonces Patricia Murphy, coordinadora del estudio.
Además, el creer en un ser superior que se preocupa
por ellos y los acompaña, ayuda a que la reacción ante los tratamientos médicos
sea eficaz, señala Murphy.
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