Cardenal Filoni: Papa Francisco llevó al corazón
todo lo que le conté de Irak
VATICANO, 22 Ago. 14 /
05:16 am (ACI/EWTN Noticias).- El Cardenal
Fernando Filoni, enviado especial del Papa Francisco para Irak, fue recibido
este jueves por el Santo Padre para transmitirle las situaciones vividas por
los cristianos y otras minorías a raíz de las persecuciones del Estado
Islámico, experiencias que fueron acogidas por el Pontífice con el corazón.
En
declaraciones a Radio Vaticana, el Purpurado dijo que apenas llegó del Medio
Oriente, el Papa quiso recibirlo. “Esto muestra su sensibilidad, para conocer
directamente de mí lo que vi y sentí después de visitar a nuestros cristianos,
a los yazidíes, durante la semana que estuve en Irak”, expresó.
El también
Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos precisó que
el Papa lo escuchó muy atentamente y “me dejó hablar ampliamente y obviamente
llevó al corazón todas las situaciones de las que le hablé: las expectativas de
nuestros cristianos, las preocupaciones y las que líneas adoptadas por la Iglesia local.
El Santo Padre estuvo muy atento y partícipe de lo que le dije”.
Respecto a
la situación que están viviendo estas minorías, el Cardenal Filoni cree que ya
todos son conscientes de la urgencia inmediata de ubicar a estas familias
desplazadas, ya que todos pudieron ver la difícil situación en la que estas
personas están viviendo.
Dijo que
todos se preguntan cuánto durará esta situación y qué les espera. "Y sobre
esto obviamente tenemos las esperanzas, pero después debemos ver en la
realidad. Cierto, nuestros cristianos, muchos de los cuales desean volver,
quieren que al volver, los pueblos tengan un cinturón de seguridad, y piden que
sea posiblemente internacional, que garantice la vuelta a su vida normal",
indicó el Purpurado.
"Estoy
contento de haber podido hacer esta misión humanitaria, porque para mí fue un
regreso a esta tierra que conozco y que amo desde hace mucho tiempo, volver a
ver una vez más a tantas personas que están comprometidas en actividades de
ayuda, y después de dar también una palabra de esperanza, de confianza, de
ánimo", expresó el Cardenal que fue Nuncio Apostólico en Irak y el único
diplomático que se quedó en Bagdad durante la Guerra del Golfo, cuando todas
las embajadas habían evacuado a sus funcionarios.
Los iraquíes
desplazados "necesitaban que se los escuchara. Por tanto, escucharles es
muy útil para conocer sus aspiraciones, pero fue útil también porque para ellos
ha sido como un deshago: '¿quién escucha nuestras preocupaciones?' '¿quién las
oye?'"
Indicó que
también fue un viaje intenso a nivel espiritual, "porque estar junto al
sufrimiento de tantos hermanos y hermanas ayuda a no ver estos problemas de
lejos como cosas que no nos afectan, y por tanto a ser partícipes".
Aunque se
está hablando de 120 ó 130 mil desplazados, el Cardenal manifestó que vio
rostros, no números. "Sus rostros eran los de gente que mira al vacío,
dispersos en un futuro que no tiene forma de ser comprensible".
A propósito,
invitó a pensar que una mujer en Medio Oriente siempre ha necesitado de la
presencia de un hombre -sea un padre, un hermanos, o un esposo- que sea casi la
garantía de su vida según su cultura. Ahora, quien no tiene ya una persona -un
hombre- que pueda cuidarla, ¿qué futuro tendrá?, se preguntó.
"No es
como en Occidente, donde una mujer puede también construirse una vida con sus
propias capacidades y con la propia fuerza. Por tanto, esto da mucha, mucha
pena; la mirada de estas mujeres sentadas, desplomadas, privadas de expresión,
era muy impresionante", concluyó el Purpurado.
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