A SOLAS Y A AGENDA ABIERTA EN SANTA MARTA
Cristina negó que el Papa estuviera preocupado por
la gobernabilidad
Al
dar detalles del encuentro, la Presidenta rechazó las versiones en este sentido
y destacó la postura del pontífice contra la especulación financiera global.
Tercer
almuerzo. En clima de cordialidad y naturalidad
El
papa Francisco almorzó este sábado en el Vaticano con la presidenta Cristina
Fernández, quien negó que el pontífice esté preocupado por la gobernabilidad
del país como aseguró un asesor vaticano y destacó la postura papal contraria a
la especulación financiera global.
El encuentro a agenda abierta en la Casa Santa Marta se prolongó por casi dos horas y según la primera mandataria se realizó en un clima de “cordialidad y naturalidad”.
“El Papa no está en absoluto preocupado por la gobernabilidad”, sostuvo la Presidenta al desmentir al oficial de protocolo del Vaticano, el sacerdote argentino Guillermo Karcher, quien se pronunció días atrás en ese sentido.
La jefa del Estado citó al rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), arzobispo Víctor Manuel Fernández, de quien dijo es “muy cercano” a Francisco, para rechazar los dichos de Karcher.
"El dijo una frase que es exacta, que cuando habla el Papa, habla el Papa. El Papa no habla a través de nadie, de ninguna persona", aseveró en rueda de prensa en el aeropuerto romano de Ciampino, desde donde partió rumbo a Nueva York para participar de una Asamblea General de las Naciones Unidas.
La Presidenta aseguró en cambio que el Papa “está preocupado por la situación del mundo” y destacó que propicie “una reforma profunda del sistema financiero global”.
En este sentido, la primera mandataria indicó que en el punto 56 de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” el Papa se refiere a la situación de los países endeudados.
"Habla de la deuda de los países, los intereses, el agobio para los pueblos, el crecimiento exponencial de las riquezas. Casi parece escrita para la Argentina pero está escrita para muchos de los países", sostuvo.
Asimismo, destacó que la Argentina se convirtió en “un caso testigo” para el debate por la reestructuración de “deuda soberana” de los país y que consiguió recientemente un apoyo “histórico” en las Naciones Unidas. "Francisco se mostró muy contento con esta situación", dijo.
La Presidenta, que evitó profundizar sobre lo conversado con Francisco, valoró el contacto que jóvenes de “La Cámpora” lograron con el Papa al acceder a la visita oficial y señaló que "el momento más emotivo" fue el saludo con Victoria Montenegro, hija de desaparecidos durante la dictadura, cuando Jorge Bergoglio le dijo "si conozco la historia".
"Se me heló la sangre, se me vino a la memoria todo", agregó.
Fernández de Kirchner contó el almuerzo con el Papa consistió en ensalada verde, bife de costilla que no “era de carne argentina” y verduras al vapor con aceite de oliva.
La Presidenta llegó a Santa Marta a las 7.33 hora argentina, vestida del negro riguroso como exige el protocolo, e ingresó acompañada por el embajador Cafiero y fue recibida por el prefecto de la Casa Pontificia, George Gänswein.
La jefa del Estado se mostró risueña y distendida al presentarle a Francisco a los 33 integrantes de la comitiva, entre ellos funcionarios, legisladores y referentes de “La Cámpora”, que lo saludaron con abrazos y apretones de mano.
La Presidenta le obsequió al Papa un cuadro de Eva Perón, otro de Francisco “tipo Andy Warhol”, una escultura sonora de una Virgen que Desata los Nudos y una tabla contenedora fileteada de una fábrica recuperada, entre otros obsequios.
En tanto, el diputado oficialista Andrés "Cuervo" Larroque, le entregó al Papa una remera de la “La Cámpora”, la agrupación política que dirige Máximo Kirchner, y un cuadro con la figura del padre Carlos Mugica, el cura villero asesinado en 1974.
Este fue el cuarto encuentro de Fernández de Kirchner con el Papa. El primero fue en el Vaticano un día antes de que Jorge Bergoglio asuma su ministerio petrino, el segundo fue en Brasil en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y el último en marzo cuando compartieron también un almuerzo en Santa Marta.
El encuentro a agenda abierta en la Casa Santa Marta se prolongó por casi dos horas y según la primera mandataria se realizó en un clima de “cordialidad y naturalidad”.
“El Papa no está en absoluto preocupado por la gobernabilidad”, sostuvo la Presidenta al desmentir al oficial de protocolo del Vaticano, el sacerdote argentino Guillermo Karcher, quien se pronunció días atrás en ese sentido.
La jefa del Estado citó al rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), arzobispo Víctor Manuel Fernández, de quien dijo es “muy cercano” a Francisco, para rechazar los dichos de Karcher.
"El dijo una frase que es exacta, que cuando habla el Papa, habla el Papa. El Papa no habla a través de nadie, de ninguna persona", aseveró en rueda de prensa en el aeropuerto romano de Ciampino, desde donde partió rumbo a Nueva York para participar de una Asamblea General de las Naciones Unidas.
La Presidenta aseguró en cambio que el Papa “está preocupado por la situación del mundo” y destacó que propicie “una reforma profunda del sistema financiero global”.
En este sentido, la primera mandataria indicó que en el punto 56 de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” el Papa se refiere a la situación de los países endeudados.
"Habla de la deuda de los países, los intereses, el agobio para los pueblos, el crecimiento exponencial de las riquezas. Casi parece escrita para la Argentina pero está escrita para muchos de los países", sostuvo.
Asimismo, destacó que la Argentina se convirtió en “un caso testigo” para el debate por la reestructuración de “deuda soberana” de los país y que consiguió recientemente un apoyo “histórico” en las Naciones Unidas. "Francisco se mostró muy contento con esta situación", dijo.
La Presidenta, que evitó profundizar sobre lo conversado con Francisco, valoró el contacto que jóvenes de “La Cámpora” lograron con el Papa al acceder a la visita oficial y señaló que "el momento más emotivo" fue el saludo con Victoria Montenegro, hija de desaparecidos durante la dictadura, cuando Jorge Bergoglio le dijo "si conozco la historia".
"Se me heló la sangre, se me vino a la memoria todo", agregó.
Fernández de Kirchner contó el almuerzo con el Papa consistió en ensalada verde, bife de costilla que no “era de carne argentina” y verduras al vapor con aceite de oliva.
La Presidenta llegó a Santa Marta a las 7.33 hora argentina, vestida del negro riguroso como exige el protocolo, e ingresó acompañada por el embajador Cafiero y fue recibida por el prefecto de la Casa Pontificia, George Gänswein.
La jefa del Estado se mostró risueña y distendida al presentarle a Francisco a los 33 integrantes de la comitiva, entre ellos funcionarios, legisladores y referentes de “La Cámpora”, que lo saludaron con abrazos y apretones de mano.
La Presidenta le obsequió al Papa un cuadro de Eva Perón, otro de Francisco “tipo Andy Warhol”, una escultura sonora de una Virgen que Desata los Nudos y una tabla contenedora fileteada de una fábrica recuperada, entre otros obsequios.
En tanto, el diputado oficialista Andrés "Cuervo" Larroque, le entregó al Papa una remera de la “La Cámpora”, la agrupación política que dirige Máximo Kirchner, y un cuadro con la figura del padre Carlos Mugica, el cura villero asesinado en 1974.
Este fue el cuarto encuentro de Fernández de Kirchner con el Papa. El primero fue en el Vaticano un día antes de que Jorge Bergoglio asuma su ministerio petrino, el segundo fue en Brasil en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y el último en marzo cuando compartieron también un almuerzo en Santa Marta.
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