Kasper destaca la posición clara del Papa para
“purificar” la Iglesia
Consideró
que el caso del nuncio Wesolowski, a quien el Francisco mandó a detener y
juzgar penalmente, marca un "cambio de paradigma". Valoró que ya no
se proteja a los clérigos acusados y que ahora la Iglesia se ponga del lado de
las víctimas.
El
cardenal Walter Kasper, autor del informe introductorio del Sínodo sobre la
familia, afirmó que tras el arresto de Jozef Wesolowski, la Iglesia está frente
"a un cambio de paradigma. Hubo un tiempo en el que se protegió a los
sacerdotes: ahora se miran las cosas del lado de las víctimas, es lo que
debemos hacer".
El arresto Wesolowski -dijo Kasper en una entrevista con el Corriere della Sera- "va en la dirección que conocemos. La línea del Papa es clara, no se puede detener, ni siquiera si es un obispo. La Iglesia necesita purificación y renovación, debemos ser consecuentes".
"La pedofilia es un crimen opuesto a la vocación: destruye la vida. Hemos conocido los efectos a largo plazo que la pedofilia tiene en sus víctimas", agregó, subrayando que "no debe haber privilegios. La ley civil vale para todos, ¿por qué no debería valer para un obispo?".
Por su parte el padre Hans Zollner, presidente del Instituto de Psicología en la Universidad Gregoriana y miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, dijo que "es un gran error considerar que los casos hayan sido cubiertos en Roma".
"La realidad es que el entonces cardenal Ratzinger, en el año 2000, para contrarrestar el fenómeno decidió centrar la gestión de las acusaciones contra sacerdotes en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y nombró promotor de Justicia a Charles Scicluna, canonista considerado riguroso, poniéndolo a la cabeza de los procedimientos contra los clérigos", dijo Zollner al diario La Repubblica.
Cuando se convirtió en Papa "continuó con firmeza en esta línea" y "Francisco dijo claramente que tiene intención de seguir con rigor la misma orientación".
Sobre las acusaciones de la ONU, "para la parte civil y penal la Iglesia se atiene a las leyes de los Estados. La denuncia no es obligatoria en la mayoría de los Estados, por ejemplo en Italia, Alemania y Bélgica", explicó.
En cuanto a la selección de los candidatos al sacerdocio, "no hay que ilusionarse con que mediante algún test o pregunta durante una entrevista se pueda identificar con absoluta certeza a posibles abusadores", agregó. En una intervención publicada también en La Repubblica, el ex vocero vaticano Joaquín Navarro Valls escribió que "el perfil de un pedófilo no incluye nunca adultos normales que son atraídos eróticamente por menores como resultado de una abstinencia temporal o prolongada en el tiempo. Por lo tanto no emerge clínicamente ningún vínculo entre pedofilia y celibato".
"La verdadera enfermedad no es la Iglesia, sino la pedofilia. Sobre todo porque expresa con brutalidad y violencia una perversión que anida entre las personas 'comunes' y también entre los muros domésticos", agregó.
"Si es cierto que la pedofilia es una plaga humana que también la Iglesia está conociendo, también es cierto que la Iglesia es la única realidad comunitaria e institucional que está interviniendo eficazmente para extirparla, penal, canónica y culturalmente", escribió Navarro Valls.
Según la revista L'Espresso, en un artículo anticipado hoy, tras el arresto de Wesolowski "en el Vaticano la tensión es altísima" y "tiembla por su puesto sobre todo George Pell, cardenal australiano miembro del C9, el grupo de purpurados que aconseja al Papa en el gobierno de la Iglesia".
Según la revista "Francisco parece haber admitido que fue demasiado apresurado en el nombramiento del cardenal".
Pell fue absuelto hace algunos años "por falta de pruebas de una acusación de molestias contra un niño de 12 años". El cardenal fue interrogado hace algunas semanas por la comisión de investigación de Canberra por hechos ocurridos cuando era arzobispo de Melbourne y Sydney.
En esa oportunidad comparó a los curas pedófilos con los camioneros que molestan a las mujeres que hacen autostop: "No creo que la compañía de transportes -dijo refiriéndose a la Iglesia- pueda ser responsable de las acciones de sus camioneros".
En Australia, los padres de los niños pero también investigadores acusan al cardenal de haber querido "minimizar los delitos, ocultar la verdad, manipular e intimidar a las víctimas".
(ANSA).
El arresto Wesolowski -dijo Kasper en una entrevista con el Corriere della Sera- "va en la dirección que conocemos. La línea del Papa es clara, no se puede detener, ni siquiera si es un obispo. La Iglesia necesita purificación y renovación, debemos ser consecuentes".
"La pedofilia es un crimen opuesto a la vocación: destruye la vida. Hemos conocido los efectos a largo plazo que la pedofilia tiene en sus víctimas", agregó, subrayando que "no debe haber privilegios. La ley civil vale para todos, ¿por qué no debería valer para un obispo?".
Por su parte el padre Hans Zollner, presidente del Instituto de Psicología en la Universidad Gregoriana y miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, dijo que "es un gran error considerar que los casos hayan sido cubiertos en Roma".
"La realidad es que el entonces cardenal Ratzinger, en el año 2000, para contrarrestar el fenómeno decidió centrar la gestión de las acusaciones contra sacerdotes en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y nombró promotor de Justicia a Charles Scicluna, canonista considerado riguroso, poniéndolo a la cabeza de los procedimientos contra los clérigos", dijo Zollner al diario La Repubblica.
Cuando se convirtió en Papa "continuó con firmeza en esta línea" y "Francisco dijo claramente que tiene intención de seguir con rigor la misma orientación".
Sobre las acusaciones de la ONU, "para la parte civil y penal la Iglesia se atiene a las leyes de los Estados. La denuncia no es obligatoria en la mayoría de los Estados, por ejemplo en Italia, Alemania y Bélgica", explicó.
En cuanto a la selección de los candidatos al sacerdocio, "no hay que ilusionarse con que mediante algún test o pregunta durante una entrevista se pueda identificar con absoluta certeza a posibles abusadores", agregó. En una intervención publicada también en La Repubblica, el ex vocero vaticano Joaquín Navarro Valls escribió que "el perfil de un pedófilo no incluye nunca adultos normales que son atraídos eróticamente por menores como resultado de una abstinencia temporal o prolongada en el tiempo. Por lo tanto no emerge clínicamente ningún vínculo entre pedofilia y celibato".
"La verdadera enfermedad no es la Iglesia, sino la pedofilia. Sobre todo porque expresa con brutalidad y violencia una perversión que anida entre las personas 'comunes' y también entre los muros domésticos", agregó.
"Si es cierto que la pedofilia es una plaga humana que también la Iglesia está conociendo, también es cierto que la Iglesia es la única realidad comunitaria e institucional que está interviniendo eficazmente para extirparla, penal, canónica y culturalmente", escribió Navarro Valls.
Según la revista L'Espresso, en un artículo anticipado hoy, tras el arresto de Wesolowski "en el Vaticano la tensión es altísima" y "tiembla por su puesto sobre todo George Pell, cardenal australiano miembro del C9, el grupo de purpurados que aconseja al Papa en el gobierno de la Iglesia".
Según la revista "Francisco parece haber admitido que fue demasiado apresurado en el nombramiento del cardenal".
Pell fue absuelto hace algunos años "por falta de pruebas de una acusación de molestias contra un niño de 12 años". El cardenal fue interrogado hace algunas semanas por la comisión de investigación de Canberra por hechos ocurridos cuando era arzobispo de Melbourne y Sydney.
En esa oportunidad comparó a los curas pedófilos con los camioneros que molestan a las mujeres que hacen autostop: "No creo que la compañía de transportes -dijo refiriéndose a la Iglesia- pueda ser responsable de las acciones de sus camioneros".
En Australia, los padres de los niños pero también investigadores acusan al cardenal de haber querido "minimizar los delitos, ocultar la verdad, manipular e intimidar a las víctimas".
(ANSA).
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