Mons. Hesayne: “El Evangelio es un grito de libertad e igualdad”
Miercoles
24 Sep 2014 | 08:42 am Azul (Buenos Aires) (AICA): “La
Argentina necesita recuperar relaciones humanas fraternas y no fratricidas,
relaciones políticas no dominadoras sino servidoras, mutuamente justas y
solidarias entre empleadores y empleados, respetuosas entre educadores y
educandos, cariñosamente amorosas entre padres e hijos. El primer objetivo de
la misión de las comunidades cristianas es dar testimonio de fraternidad porque
Dios es su Padre y Jesús su hermano mayor y el Espíritu Santo es vínculo de
amor”, sostuvo al recordar que el Evangelio es “un grito de libertad e
igualdad”.
El obispo Miguel Esteban Hesayne, fundador y
director del Instituto Cristífero, ponderó la carta de San Pablo a Filemón como
“un documento sumamente valioso para probar la dimensión social política del
Evangelio de Jesús”.
”El tema de fondo de la carta es la esclavitud, aceptada por la sociedad pagana en sus propias leyes del Imperio Romano. Pero, dichas leyes se hallaban en abierta contradicción con el mensaje de Jesús. Pablo encara este problema en forma ejemplar, para esclarecer la relación Iglesia y Estado, Iglesia y partidos políticos, comunidad cristiana y comunidad civil”.
En esa misiva, el apóstol le recuerda “con cálida fraternidad” a Filemón que el Evangelio que profesa le enseña que “‘todo hombre es su hermano’. Por lo tanto, ya no hay más esclavos y libres entre los que profesan una misma Fe, entre los seguidores de Jesús. Entre los cristianos ha de reinar en forma absoluta la igualdad de hijos de Dios y por lo tanto las relaciones humanas serán fraternas como un sello de identidad cristiana”.
Asimismo, le pide coherencia entre su fe cristiana y su vida ciudadana. Esta coherencia práctica entre fe y vida que Pablo enseña a Filemón, la proyectó a la vida de la comunidad cristiana. Así lo confirma la historia aún la escrita por historiadores contemporáneos paganos. Veían en el comportamiento ciudadano de los romanos cristianos un nuevo estilo de vida ciudadana”.
“La esclavitud jurídica romana llegó a abolirse en el mismo Imperio Romano por ley, a medida que las comunidades cristianas romanas en sus propias familias no distinguían al esclavo del libre conforme al magisterio apostólico enseñante que entre los cristianos todos son uno en Cristo Jesús”, recordó y advirtió: “No basta decirse cristiano hay que mostrarlo en un mutuo comportamiento fraterno en todos los niveles de las relaciones humanas”.
Monseñor Hesayne consideró que este es el desafío que “la Argentina presenta a las comunidades cristianas. La Argentina necesita recuperar relaciones humanas fraternas y no fratricidas, relaciones políticas no dominadoras sino servidoras, mutuamente justas y solidarias entre empleadores y empleados, respetuosas entre educadores y educandos, cariñosamente amorosas entre padres e hijos. El primer objetivo de la misión de las comunidades cristianas es dar testimonio de fraternidad porque Dios es su Padre y Jesús su hermano mayor y el Espíritu Santo es vínculo de amor”.+
”El tema de fondo de la carta es la esclavitud, aceptada por la sociedad pagana en sus propias leyes del Imperio Romano. Pero, dichas leyes se hallaban en abierta contradicción con el mensaje de Jesús. Pablo encara este problema en forma ejemplar, para esclarecer la relación Iglesia y Estado, Iglesia y partidos políticos, comunidad cristiana y comunidad civil”.
En esa misiva, el apóstol le recuerda “con cálida fraternidad” a Filemón que el Evangelio que profesa le enseña que “‘todo hombre es su hermano’. Por lo tanto, ya no hay más esclavos y libres entre los que profesan una misma Fe, entre los seguidores de Jesús. Entre los cristianos ha de reinar en forma absoluta la igualdad de hijos de Dios y por lo tanto las relaciones humanas serán fraternas como un sello de identidad cristiana”.
Asimismo, le pide coherencia entre su fe cristiana y su vida ciudadana. Esta coherencia práctica entre fe y vida que Pablo enseña a Filemón, la proyectó a la vida de la comunidad cristiana. Así lo confirma la historia aún la escrita por historiadores contemporáneos paganos. Veían en el comportamiento ciudadano de los romanos cristianos un nuevo estilo de vida ciudadana”.
“La esclavitud jurídica romana llegó a abolirse en el mismo Imperio Romano por ley, a medida que las comunidades cristianas romanas en sus propias familias no distinguían al esclavo del libre conforme al magisterio apostólico enseñante que entre los cristianos todos son uno en Cristo Jesús”, recordó y advirtió: “No basta decirse cristiano hay que mostrarlo en un mutuo comportamiento fraterno en todos los niveles de las relaciones humanas”.
Monseñor Hesayne consideró que este es el desafío que “la Argentina presenta a las comunidades cristianas. La Argentina necesita recuperar relaciones humanas fraternas y no fratricidas, relaciones políticas no dominadoras sino servidoras, mutuamente justas y solidarias entre empleadores y empleados, respetuosas entre educadores y educandos, cariñosamente amorosas entre padres e hijos. El primer objetivo de la misión de las comunidades cristianas es dar testimonio de fraternidad porque Dios es su Padre y Jesús su hermano mayor y el Espíritu Santo es vínculo de amor”.+
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