DESAFÍAN A ISIS
Los
«Schindler musulmanes» que salvan cristianos en Irak
El
diario italiano ‘Il Corriere della Sera’ ha recogido los testimonios de
refugiados cristianos que fueron salvados por sus vecinos, que arriesgan sus
vidas por ellos. Ejemplos como los de un mullah casado con una mujer cristiana
o el de un empresario que compra a las mujeres vendidas como esclavas para
liberarlas.
6/09/14 6:33 PM |
(TeInteresa/InfoCatólica) Algunos
ayudan a las víctimas de ISIS por dinero. Otros, por caridad. El diario
italiano ‘Il Corriere della Sera’ los ha llamado ‘Los Schindler musulmanes’, en
referencia al alemán Oskar Schindler, que salvó a más de 1.200 judíos durante
la Segunda Guerra Mundial. Son los musulmanes, anónimos, que desafían la cruel
barbarie de ISIS, Estado Islámico, y salvan las vidas de sus vecinos, que sólo
se diferencian de ellos por su religión.
Las
historias de estos hombres se repiten. Como la de
un rico hombre de negocios que compró a varias de mujeres yazidíes en el
mercado de esclavas de Mosul. Las llevó a Baghdad, donde las envió por avión a
sus familias en la provincia kurda.
Son
suníes, pero condenan la violencia y el fanatismo de ISIS. Hablan de
ellos, en voz baja, los refugiados cristianos en la zona kurda de Erbil. Por
cientos, cuentan de sus vecinos musulmanes que salvaron sus vidas. Una historia
que repiten los refugiados yazidíes en los campos de Dohuk, cerca de la
frontera con Turquía. El diario italiano no habla de nombres, «ya que decir un
nombre podría convertirse en una pena de muerte», según explica Antonio
Ferrari. Si el califato los descubre, se arriesgan a una decapitación en la
plaza pública.
«Coge
la calle principal, gira a la derecha, donde está la carnicería, sube
las escaleras del primer portal, donde encontrarás el sótano del que te hablé.
Te esperan, intenta hablar con mi padre y los niños. Shukran, habibi!
(¡Gracias, querido!)». Son las palabras recogidas por el diario italiano de
Dhiab Butrus, un refugiado del pueblo cristiano de Qaraqosh. Habla con un
vecino suyo y amigo de la infancia, que ha prometido encontrar a su padre y a
otros cuatro miembros de su familia. Pese a ser sunita, el vecino ha prometido
ayudarle. Sigue sus instrucciones, pero esta vez no ha habido suerte, explica
el periodista. La búsqueda continúa.
Dhiab
huyó de su localidad. «Cuando escapamos era de noche. Ellos
dormían, no oyeron nada, y la mañana siguiente fueron capturados por los
extremistas. Al comienzo tenían los móviles, hablabamos cada día. Pero desde el
domingo pasado sus móviles están siempre apagados. No sé.... estoy intentando
llamarles por teléfono a ver si puedo hacer algo para liberarlos», explica.
«Los
hombres del Estado Islámico dicen que tenemos que
convertirnos todos. Pero quizá haya una forma de pagar algo y hacer que vengan
a Erbil. Tenemos que encontrar el interlocutor adecuado. Y mi amigo lo está
buscando. Es un buen musulman y los conoce a todos», cuenta el joven cristiano
de 30 años, que no cesa en su búsqueda de su familia.
Otro
ejemplo es el de un mullah local, casado con una cristiana. «Hablan de
él como un santo», cuenta el diario. «Es un hombre realmente bueno. Ayuda a todos,
sin diferencias entre cristianos o musulmanes. Viaja por los lugares donde han
apresado a nuestros seres queridos», explican varios refugiados.
El
religioso musulmán intenta salvar a las niñas de
ser vendidas como esclavas, y de los ancianos que han sido abandonados. Pero
«tiene que estar atento. Ya ha sido amenazado. No puede exponerse mucho.
Podrían acusarlo de traición», explica Mufid Dawoud, refugiado. Gracias a la
mediación del religioso, pudo hablar con su padre de 83 años, con su tío y tres
primos por teléfono.
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