jueves, 11 de septiembre de 2014

Mons. Hesayne: La pobreza, tremenda injusticia
Jueves 11 Sep 2014 | 16:53 pm Azul (Buenos Aires) (AICA): “En nuestra Argentina hay gente que se muere por falta de alimento y de medicamento. A la pobreza miseria siempre se la usa. O como bandera política para ganar votos o escondiéndola bajo la alfombra para no perder apoyo social político. Tremenda injusticia. Y la injusticia es el primer eslabón de la cadena de males que oprime a la humanidad”, advirtió el obispo Miguel Esteban Hesayne, fundador y director del Instituto Cristífero. El prelado aseguró que este pecado social es fruto de una comunidad católica que, “enferma de incoherencia”, participa de la misa dominical, pero no tiene compromiso social.

“En nuestra Argentina hay gente que se muere por falta de alimento y de medicamento. A la pobreza miseria siempre se la usa. O como bandera política para ganar votos o escondiéndola bajo la alfombra para no perder apoyo social político. Tremenda injusticia. Y la injusticia es el primer eslabón de la cadena de males que oprime a la humanidad”, advirtió el obispo Miguel Esteban Hesayne, fundador y director del Instituto Cristífero.

Al referirse al pecado social, el prelado recordó que el Concilio Vaticano II “condena el fariseísmo religioso que pretende estar en buenas relaciones con Dios sin importar su relación con el prójimo necesitado”.

“Es la incoherencia de la Argentina católica transformada en pocas décadas en Argentina violenta. Es la incoherencia de las comunidades católicas que frecuentan el templo sin importarles la justicia social como compromiso eucarístico”, sostuvo.

Monseñor Hesayne insistió en advertir que “una comunidad que participa de la misa dominical y no se compromete con el compromiso social, está enferma de incoherencia. La pobreza-miseria y su consecuente violencia social tienen su origen –en la Argentina rica- en gran parte en la incoherencia de las comunidades cristianas que no cumplen con la dimensión social del Evangelio de Jesús”.

“Comunidades católicas que no ponen el evangelio en la elección de sus dirigentes. Que no forman a la niñez y juventud en la dimensión social-política que enseña Jesús a sus discípulos. Porque el poder no se evangeliza desde el poder. El hambre de millones en la Argentina actual clama por políticos testigos del Evangelio de Jesús”, concluyó.+ 


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