DECIMO TERCER DIA
Su tierno amor por la
Santa Comunión
Una vez, cuando un
alma piadosa le preguntó cómo hacer para comunicarse bien, él exclamó, ‘Oh! Mi
querida hija, Qué pregunta! Qué acaso no sabes que debemos entregarnos a
nosotros mismos de la misma forma en que nos entregamos a Dios, ya que Dios se
entrega enteramente a nosotros y vive en nosotros, y nosotros debemos vivir
como El para poder vivir con Él? Mi Dios,’ él continuó, ‘cuando pienso en lo
que te estoy diciendo siento como si mi corazón se fuera a partir, y como si
algo me dijera, O Buen Jesús! No viviré y no puedo vivir más que para Jesús! Oh
mi Jesús! Qué somos nosotros? Somos acaso como Tu santísima Madre quien te tuvo
en su vientre y quien vive, como todos aquellos que te reciben en el más puro y
santo Sacramento del Altar, deben vivir?’ Mientras que él decía esto, dos o
tres grandes lágrimas cayeron de sus ojos y él las secó calladamente, diciendo
que él sollozaba de alegría, y que era imposible no hacerlo considerando un
asunto tan dulce. (Pere Talon.)
Un Ramillete Espiritual
Verdaderamente mi
querida hija, no deberías abstenerte de la Comunión a razón de esta clase de
problemas (sequía) porque nada le dará a tu corazón tanto del espíritu de la
recolección como lo hará su Rey; nada lo calentará tanto como el sol; nada lo
refrescará tanto como su bálsamo. (Cartas.)
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